El acontecimiento de estos días -en verano siempre hay un acontecimiento y cuando no, una serpiente- es la visita de Michelle Obama a Marbella. La Obamamanía es un fenómeno universal que en España adquiere la dimensión americana de «Bienvenido Míster Marshall». Aquí, desde un tiempo remoto, todo lo que viene de Estados Unidos o es Míster Marshall o acaba en una manifestación contra la guerra o las bases militares. Cuando Eisenhower, en 1959, se produjo una gran expectación y todo el país estuvo pendiente de la visita aquella de Jackie Kennedy a la Feria de Abril de Sevilla, en compañía de Grace Kelly.

Ahora, lo de Michelle Obama y la niña en Marbella es la apoteosis. Hay quienes dicen que todo esto le sirve a la Costa del Sol para salvar el verano y limpiar esa imagen de famoseo cutre, jeque árabe y mafia rusa que la rodea desde hace ya tiempo. Al resto le vale con enterarse de cómo celebraron la primera dama y su hija el cumpleaños del presidente de Estados Unidos. También de que a Michelle Obama le gusta mucho el marisco andaluz y de que a Sasha y a sus amigas se empeñaron en servirles copas de helado de cierta enjundia cuando lo que ellas querían simplemente eran cucuruchos. Pero en el Restaurante Buenaventura Plaza, esperaban a Madame Marshall y antes muertos que sencillos. Sólo hay que fijarse en el menú, donde figura un gazpacho de fresas de verano con spray de aceite oliva y lágrimas de pan. Es decir con un chorro de aceite, como siempre, y algo de pan, como de costumbre.

La señora Obama es la sensación. El anuncio de su visita para pasar unos días de vacaciones la celebraron los voceros de la Moncloa asegurando que era la prueba de las excelentes relaciones bilaterales de España y Estados Unidos. A Leire Pajín no se le ha oído decir, sin embargo, si esto también forma parte de la gloriosa confluencia planetaria.

Barack no hace falta que venga, con Michelle es suficiente. Se entiende la sociedad. Un día de 1961, John F. Kennedy se presentó en París a los periodistas: «Soy el chico que acompaña a Jacquelinne Kennedy».