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Sol y sombra

Indecisión

Posibles causas del voto oculto que se detecta

El estado de ánimo que más se ha pulsado en esta campaña tiene que ver con la supuesta indecisión de los electores. Siempre hay un montón de indecisos ante las urnas, pero esta vez parece como si el número se hubiera triplicado. Los que no se deciden por quién votar son, al parecer, más que nunca y, dada la naturaleza del problema, resulta imposible, saber por dónde podrían decantarse en el supuesto de que se decidiesen finalmente a apoyar a alguien.

La indecisión de los votantes, que detectan las encuestas, y se percibe qué sé yo dónde, no surge por arte de birlibirloque. Alguien se preguntará a qué se debe: si es que es complicado decidir a quienes apoyar, si es por miedo al abismo, o por la sencilla razón de que hay un voto escondido que no aflora hasta el último momento. También puede ser que haya muchos más dispuestos de lo que se piensa a pegarle un corte de mangas a las urnas, cosa que esta vez no parece del todo probable debido a la previsible movilización del voto joven. Sea como fuere, los partidos, alertados por los institutos de opinión o el rumor que les llega de los mentideros, se han lanzado en las últimas horas a una especie de leva desesperada del sufragio.

Puede haber otras razones no difíciles de entender. Si el cabreo general, que se deducía todavía hace un año, ha desembocado finalmente en una actitud indecisa no resultará raro achacarlo a la falta de compromiso o claridad de las propuestas de los candidatos que aspiran a los ayuntamientos y las autonomías. El elector, no se lo tomen a broma, señores políticos, necesita de vez en cuando que le digan qué es realmente lo que van a hacer. No basta con criticar los vicios ajenos sin molestarse en proclamar con cierta credibilidad las virtudes propias.

Muchos de los indecisos, si es que están bien detectados y no se ocultan, responden creo yo, y con esto no descubro la pólvora, a que no hay nadie que les convenza de lo que es mejor para ellos y el lugar donde viven. En último caso, ahí va una última apuesta por la necesaria reflexión.

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