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Cien líneas

Embalsados

Al mediodía de ayer, mientras en el interior del hotel de la Reconquista el jurado del premio "Princesa de Asturias" de Investigación Científica y Técnica daba a conocer su fallo, un grupo de trabajadores despedidos protestaba a la puerta como vienen haciendo desde hace tiempo.

Dos mundos que sólo en un instante pudieron cruzarse positivamente cuando la exministra socialista Cristina Garmendia salió del hotel pero... en vez de dirigirse hacia los empleados subió a un coche y a otra cosa mariposa.

Dos mundos, decía, entre la protesta pública de los trabajadores y el siseo monacal de los jurados. Unos con palabras directas, otros con lujo de retóricas.

A la que iba: las dos Españas.

No pretendo distinguir entre buenos y malos porque tengo amigos en los dos grupos y me consta que todos son buenos. No hay duda. Pero hay que destacar el abismo formal que ayer se vio, reflejo de una sima real que lleva demasiado tiempo agrandándose aquí, allí y allá.

Ese gradiente, salto, gap o diferencia de nivel recuerda a los embalses. Se acumula el agua de los agravios, las frustraciones, las desventajas, o como se quiera ver, y de pronto un día, como no hay forma de reducir la presión acumulada, todo se desborda. Es el caso de Podemos. Por cierto, ayer con los trabajadores estaba Emilio León, que encabeza la lista de nueve diputados podemitas en el Principado.

Y ojalá que la marea en curso -en la que sin problemas podrían figurar los miembros del jurado- logre barrer todo los vicios amontonados. O los nuevos partidos barren ya los mil pactos del duernu por las buenas o no quiero ni imaginar la que se puede armar en unos meses.

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