Es tal la ansiedad por que algo se inaugure o se ponga en funcionamiento, que se acaba siendo condescendiente con todo. Hace cuatro años, en septiembre de 2011, al filo de las elecciones, la por entonces ministra de Zapatero, Leire Pajín, visitó el centro Stephen Hawking de Langreo para prometer su entrada en servicio a principios de 2012, con todos los parabienes. Ayer, también en periodo electoral, le tocó el turno a Susana Camarero, responsable de Servicios Sociales del gobierno de Rajoy, con compromisos parecidos. Ahora se fía al próximo verano, sin detallar la fórmula de gestión. De promesa a promesa, se perdieron otros cuatro años. La ansiedad obliga a esconder la memoria en las tripas para aplaudir con buena cara para ver si esta vez es la buena. Como ocurrió ayer con gobernantes y opositores. ¿Saben lo único que se ha hecho bien? Mantener un servicio de seguridad para que el centro no sea desvalijado. De lo demás, ya veremos.