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Sol y sombra

El amigo bolivariano

Zapatero y su apoyo al autoritarismo en Venezuela y Bolivia

Pablo Iglesias y Alberto Garzón ya tienen un aliado en sus fantasías bolivarianas. Se llama José Luis Rodríguez Zapatero, y si hubiera que hacer una lista de los gobernantes más calamitosos en la historia de este país, probablemente figuraría en el pódium.

La última misión internacional de ZP consiste en apoyar la reelección de Evo Morales, que aspira a un cuarto mandato consecutivo, a pesar de que la Constitución de Bolivia excluye que se pueda permanecer más de dos al frente del país. El asunto invita a la esquizofrenia más absoluta. Morales perdió en 2016 un referéndum convocado para reformar la ley y suprimir el límite de mandatos, pero curiosamente ha sido el propio Tribunal Constitucional el que le ha permitido probar suerte todas las veces que quiera. A Zapatero, Iglesias y Garzón les parece bien el deseo del presidente boliviano de pretender eternizarse en el poder. No hay nadie mejor, según ellos, para dirigir a su país que Morales, con el que mantienen plena sintonía por cuestiones personales o de solidaridad ideológico. Lo que piensen los bolivianos de los límites de los mandatos de sus gobernantes es lo de menos.

El expresidente español se está luciendo también como mediador en el conflicto venezolano. No ha tenido ningún inconveniente en arropar a Maduro que convocó unas elecciones aprovechando que la oposición está neutralizada y despojada de sus derechos políticos para concurrir como es debido a ellas. Dirigentes demócratas de todo el mundo han expresado sus reservas sobre la limpieza electoral en un régimen autoritario como el de Caracas. Zapatero, en cambio, sostiene que existen garantías. Ya, ya.

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