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Eduardo Lagar

Regreso al futuro

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Prepárense para "El Veranón"

Un nuevo modelo estadístico de predicción climática apunta que hasta 2022 viviremos un quinquenio "anómalamente cálido"

¿Angustiados porque Asturias ha pasado un verano sin verano? No se preocupen. En los próximos años se van a hartar de calor. El quinquenio 2018-2022 podría ser "anómalamente cálido", según un estudio recién publicado en "Nature Communications". Florian Sévellec, del Laboratorio de Oceanografía Física y Espacial de Brest, en Francia, y Sybren S Drijfhout, de la Universidad de Southampton, han alumbrado un sistema predicción estadística del tiempo que prevé temperaturas extremas de aquí a 2022. "Hay una gran probabilidad de que, en los próximos años, estemos en la cima de una fase cálida", indica Sévellec.

Este verano sin verano en Asturias es, en realidad, un "espejismo" local, si atendemos a los datos globales. Desde 2010, el planeta ha vivido los años más cálidos desde que hay registro. Entre 1998 y 2010 se produjo un "hiato" en las temperaturas globales, explica Jonathan Watts, experto en cambio climático global de "The Guardian". En ese periodo, el enfriamiento natural, producido por la circulación oceánica y los sistemas climáticos, contrarrestó el calentamiento global causado por la acción humana. Desde entonces, los termómetros suben. Ya hay expertos que apuntan que años "calientes" como 2018 (ojo, en el norte de Europa han pasado un verano achicharrándose) serán lo habitual en 2040 y a final de siglo pueden acabar considerándose como "años fríos" a la vista de lo que nos viene encima.

Los dos autores del nuevo sistema no han utilizado las técnicas tradicionales de simulación climática. Han optado por un método estadístico. Buscaron situaciones climáticas análogas en el siglo XX y lo que va del XXI para deducir posibilidades futuras. Lo que encontraron es que, en los próximos años, hay una baja probabilidad de eventos climáticos de frío intenso. Dicho de otra manera: prepárense para pasar calor.

Las ventajas del método, según sus autores, es que una vez que la máquina "aprende" el algoritmo, un ordenador portátil hace los cálculos en unos minutos. Por los métodos de simulación tradicionales hacen falta un supercomputador y una semana. Las predicciones se hacen más fácilmente, pero los expertos subrayan que son retratos globales. No cabe hacer predicciones a escala regional. Ahí entraría el modelo de predicción "tradicional", que maneja más información. Además, el sistema de Sévellec y de Drijfhout sólo calcula temperaturas. Los autores del nuevo método quieren adaptarlo a cálculos de probabilidad de lluvia. Lo que sí ha revelado este modelo es que el agua de los océanos se calentará más rápido que el aire y eso se traducirá en más riesgo de inundaciones, ciclones o huracanes. Además de pasar calor, prepárense para mojarse o salir volando por los aires.

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