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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Cuaderno de quejas

Lo que la Alcaldesa deberá recordar al ministro Ábalos en la reunión del plan de vías

Seguramente su exquisita formación de colegio de Jesuitas impedirá a la Alcaldesa ser maleducada con el ministro de Fomento cuando Ábalos visite mañana Gijón para poner los puntos sobre las íes -o para quitar las íes y poner el punto, no sabemos si seguido o suspensivo- al plan de vías. Lo que parece seguro es que Moriyón no desaprovechará la ocasión para, en sede consistorial, cantarle al titular de Fomento educadamente las cuarenta, que las veinte en bastos y otras tantas en espadas verbales corren a cargo del movimiento vecinal, resuelto como está el asociacionismo ciudadano a plantarse en la calle en defensa de una demanda añeja que considera de obligado cumplimiento.

Como lo cortés no mancilla la voluntad de valentía, la Alcaldesa debería acudir al encuentro del Ministro con un cuaderno de quejas como el que se estilaba en la Francia del Antiguo Régimen, donde los Estados Generales apuntaban al monarca las que consideraban justas reclamaciones. En sus "cahiers de doléances", Moriyón debería señalar al Ministro cómo están cada uno de los compromisos de una actuación de presente pero sobre todo de futuro que compete a las administraciones local y regional pero sobre todo a la estatal, que tendrá que apechugar con la mayor cuantía del coste de la operación urbanística y ferroviaria. La lista es larga, del metrotrén a la estación intermodal, de la operación de cirugía urbana a la ordenación de espacios en el entorno del Museo del Ferrocarril, si es que la estación finalmente se construye donde pretende Gijón y no en otro lugar, que ésa es otra.

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