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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Medallas del plan de vías

La insensatez de arrogarse la primacía de una firma tras década y media de retrasos

Ninguna sigla política tiene el derecho de arrogarse ahora, máxime en víspera electoral, la titularidad del que parece el arranque definitivo del plan de vías de Gijón. Nadie debería imponerse la primacía de medallas y charreteras en un asunto de vital trascendencia para el futuro de esta ciudad, que acumula década y media de retrasos, de idas y venidas, de cajón en cajón y de cartera en cartera de ministros varios...

Cierto es que el Gobierno de Pedro Sánchez pasará a la historia del proyecto ferroviario de Gijón como el que desbloqueó la firma de un convenio que estaba, o al menos lo parecía, atado y bien atado. Pero se ha tomado su tiempo para hacerlo, tanto como el que tardó el ministro Ábalos en venir a Gijón a dar la cara, a quitarle el megáfono de las manos al presidente de los vecinos. Dejar una simple firma para el último Consejo de Ministros de la legislatura es como esperar al tren al sonido de la campana.

Tantos informes que redactar por parte de las haciendas estatal y autonómica, de los que tanto se ha hablado y escrito durante los últimos meses, no podían servir de excusa para retrasar una voluntad política manifiesta, comprometida por la palabra de responsables de las tres administraciones que financian la actuación: el Estado, el Principado y el Ayuntamiento.

Congratulémonos todos de la firma que se oficializará el lunes en Madrid, en sede ministerial. Hagamos fiesta ese día y a partir de ahora permanezcamos vigilantes de que los compromisos se cumplan, en cuantía, tiempo y forma.

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