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Mezclilla

Carmen Gómez Ojea

Lloramos en Gibraltar por Cadalso y Barceló

Amor a la lectura y a la escritura

Se trata de una novela histórica que comienza en Asturias y que relata Álvaro, hijo de una criada y de un señor de aldea que lloró con desconsuelo en Gibraltar por el poeta José Cadalso y por Antonio Barceló, almirante que hubo de soportar sereno y valiente horribles calumnias, según afirma la gente que lo estimaba y conocía, y también quienes sabían de él solo de oídas.

En marzo de 1783 se firmó la paz y quedó definitivamente levantado el sitio de Gibraltar, que sigue siendo tierra inglesa.

Y debo decir que siempre que saco a la luz de la calle un libro, de poesía, de teatro, infantil o senil o un escrito en mi periódico de LA NUEVA ESPAÑA me siento una parturienta dichosa debido a las loas y cariño de mucha gente, aunque sí, también es cierto y verdad muy verdadera, que algunas personas me comentan que bastantes veces tienen que consultar el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española debido a la oscuridad de mis términos o al desconocimiento total de ellos, pues me encanta y enamora usar palabras en desuso.

Pero ahora acabo de entrar en la página ciento trece de este cuaderno de tapas duras y rojas y necesito escribir, escribir, escribir, aunque me siento torpe y muy aturdida y temo que, de un momento a otro, me ponga a llorar. Pero me miro en el espejo del armario y me saco la lengua, me escupo la cara salpicando salvajemente el espejo con mi saliva y me siento mal, muy mal, fatal con ganas de morir y salir de este mundo inmundo que me hace llorar tanto y escribir historias siniestras que estremecen a quienes las leen, o mejor y más exacto, no llegan a la cuarta página.

No es extraño, porque haya muy poca gente lectora o que solo tolera algo como: "Entonces, ya que el bebé no quería la leche de sus pechos?"

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