La preocupación vecinal en la céntrica zona que va de la plaza de Europa a El Humedal por los hundimientos y grietas que presentan calzadas y aceras ha resurgido con fuerza esta semana por la supuesta acentuación de estos problemas del subsuelo, según el propio testimonio de los residentes, que ha sido recogido por este periódico. Un lamento que ha encontrado la pronta respuesta de la alcaldesa, Ana González, que en apenas 48 horas encargó un amplio análisis de los terrenos en tres fases: un informe topográfico, una recopilación de todos los estudios previos que se hicieron con motivo de las obras del metrotrén y de un aparcamiento subterráneo y, finalmente, la elaboración de otro documento geotécnico para averiguar la evolución y el alcance de los desperfectos. Aunque los geólogos consultados descartan que estos deslizamientos, en algunos puntos constatables a simple vista, tengan relación alguna con el gran túnel que cruza Gijón desde hace década y media, la respuesta del gobierno local ha estado a la altura de las circunstancias porque tranquilizará a los afectados y, de paso, permitirá avanzar en el conocimiento de los suelos del lugar, especialmente complejos por su composición arenosa, con turbas y agua.

Las administraciones deben ofrecer certezas ante el menor atisbo de inquietud. Y eso pretende el informe municipal en marcha, que se completará con labores de asfaltado en el primer tramo de la avenida de la Costa, muy afectado por los hundimientos del subsuelo, con ondulaciones perceptibles para los conductores. Pero no debe quedarse ahí. Tal y como han solicitado los cinco partidos de la oposición a la coalición formada por el PSOE e Izquierda Unida, ahora toca que se den a conocer los resultados en tiempo y forma, es decir, pasar de las palabras a los hechos. Solo así se conseguirán aplacar entre la ciudadanía las dudas, como las que ha planteado el párroco de San José en las últimas horas, alertando de la progresiva inclinación del suelo del templo y del agrietamiento de sus paredes.

Que la inestabilidad de los subsuelos de una parte del centro de la ciudad sea un asunto de sobra conocido desde hace décadas por los gijoneses no debe ser excusa para que las autoridades municipales eludan el control o, peor aún, hagan la vista gorda. Esa es la principal lección que se debe sacar de esta semana de quejas. Cuentan los especialistas que durante largo tiempo, antes y después de que empezaran los trabajos para construir el metrotrén, se hicieron mediciones mensuales para evitar sorpresas. Desde el Ayuntamiento no se ha informado al respecto, aunque todo hace indicar que esta vigilancia no llega hasta nuestros días. La plaza de Europa, El Humedal y sus calles adyacentes soportan a diario el paso de cientos de vehículos y peatones. Todas las lupas deben estar puestas sobre esta popular zona, de forma permanente y sin relajación. Mirar hacia otro lado no es una opción.