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Impacto social de los "think tanks"

Las "fábricas de ideas" en Occidente

El término anglosajón del "think tank" procede del Reino Unido del siglo XIX y se ha divulgado en la cultura democrática de Occidente hasta alcanzar la actual cifra mundial de 4.000-4.500 instituciones. Traducido literalmente al castellano significan un "depósito o fábrica de ideas", lo cual implica connotaciones completamente opuestas dependiendo del objetivo, financiación y forma de ejecución que tengan. Me explico:

En términos generales, nada habría que objetar sobre estas instituciones si se limitaran a ser una escuela para formar e inducir el libre pensamiento del ciudadano. No obstante, el problema puede surgir cuando, detrás de un "think tank", existen determinados partidos políticos o entidades "filantrópicas" que lo financian mediante fundaciones nutridas por donaciones privadas, con el objetivo de influenciar el pensamiento (adoctrinamiento) del ciudadano hacia su línea ideológica; aunque, de "cara a la galería" justifiquen su labor afirmando que sus ideas fomentan (desinteresadamente) proyectos de futuro y progreso.

Dicho esto, surge la duda: ¿Progreso para quién? Probablemente, para todos quienes los financian con la pretensión de ver recompensada su inversión; consolidando en el poder a políticos con intereses afines para lograr prebendas políticas o beneficios económicos.

Llegados a este punto, me pregunto: ¿Qué diferencia hay entre el "lavado de cerebro" que efectúa sistemáticamente un estado totalitario a sus súbditos (que no ciudadanos) y los "think tanks" de países democráticos que, sibilinamente, divulgan determinados mensajes para que el ciudadano vote favoreciendo (inconscientemente) a cierto "lobby económico" o "poder fáctico" que manipulará la vida política desde un segundo plano. Personalmente, creo que no hay diferencia; especialmente tras visualizar la entrevista realizada por John de Boer (de United Nations University) a Rohinton Medhora (del "Think Tank" International Governance Innovation de Canadá y autor de un libro al respecto: "International Development. Ideas, experiences and prospects").

A mi juicio, en estados totalitarios se imponen los criterios para que el súbdito piense y actúe adicto a ese régimen; mientras que en cualquier Democracia con "think tanks", se puede imponer el criterio inducido por las entidades filantrópicas que los financian: Naturalmente, en ambos casos, no parece existir una clara libertad de pensamiento y, en consecuencia, también me pregunto: ¿Qué moral lleva implícita un "think tank"? A mi juicio, su moral puede ser cuestionable si se cobra por pensar y hacen proyectos que influyan o manipulen a la ciudadanía para complacer al patrono que los financia; prescindiendo del criterio propio de quien los genera. Consiguientemente, ratifico mi convicción de que, en ocasiones, los "think tanks" pueden carecer de ética. En definitiva, en mi condición de "libre pensador" sin ataduras intelectuales, entiendo que debemos defender esta libertad con firmeza y no dejarnos manipular por políticos que suelen incumplir lo prometido si están hipotecados por algún "poder fáctico" que los encumbra al poder para convertirlos en peones al dictado de su "think tank".

Finalmente, aunque haya planteado este tema en términos generales sin concretar más, considero que: "A buen entendedor, pocas palabras bastan".

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