Creo que hay demasiado idioma español en la historia de la literatura, los sistemas de orden del lenguaje (codificados o no), la filosofía, el canto y la cultura popular (incluido el refranero) y la alta filosofía, como para que una política sectaria pueda arrancarlo de la tierra en que ha estado presente desde hace tantos siglos; tal vez, en mayor o menor medida, desde que esa lengua existe. Es una guerra contra la funcionalidad de la lengua en una sociedad, y contra un patrimonio multinacional. Los países se acaban deshaciendo antes o después de aquello que claramente los perjudica o interfiere el funcionamiento de las cosas. Si Franco no logró erradicar el catalán como lengua de Catalunya, ¿aspiran a tener mejor suerte los aprendices de dictadores que intentan hacerlo con la otra lengua que ese país comparte con el resto de España y casi un 10% de la población mundial?