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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Pandemia tres delicias

Sostiene Adrián Barbón que prefiere el modelo asiático de ataque de la pandemia, de erradicación, que el europeo de contención. O sea, que el presidente del Principado es más de arroz tres delicias que de risotto ai funghi. En esa apreciación estamos de acuerdo (no en la culinaria, sino en la pandémica): al enemigo conviene destruirlo de inicio, atacarle con toda la capacidad de fuego disponible antes que encuentre rendijas en nuestras defensas y se haga fuerte y hostil. Ocurre que en Europa somos más partidarios de la moderación en el uso de la fuerza, hábito muy democrático heredado de los clásicos y que resulta cuestionable en casos de agresión grave, que después tienen que venir los espartanos a detener a Jerjes en las Termópilas en defensa de Atenas o los sobrinos del tío Sam a sacarnos a tiros las castañas del fuego, como en los dos conflictos bélicos mundiales del pasado siglo.

Como Barbón no puede evitar que la tercera ola se le haya colado como una china en el zapato, y no dispone de mecanismos ni legales, ni económicos, ni sociales, como él mismo reconoce, para atajar el aumento alarmante de los contagios a la manera del Extremo Oriente, se ha sacado de la manga el “4 plus”, modelo estadístico que, a lo que sabemos y al menos hasta ayer, no estaba asignando los casos de covid con la diligencia suficiente, lo que condicionaría su efectividad. De ahí que el resultado enojara a determinados municipios, que se sienten discriminados.

Como su propio nombre indica, el modelo asiático resulta exitoso cuando se aplica a en Asia. Para que funcionara en Asturias harían falta políticos y ciudadanos a la pekinesa: efectivos, los unos; disciplinados, los otros. O sea, que cuando nos quieran vender el modelo asiático, que no nos engañen como a chinos.

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