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Antonio Trevín

Villarejo: del talego al Parlamento

La “Kitchen” y su investigación en el Congreso

Nueva investigación sobre viejos sucedidos. El Congreso aprobó la “comisión de investigación relativa a la utilización ilegal de los efectivos, medios y recursos del Ministerio del Interior, con la finalidad de favorecer intereses políticos del PP y de anular pruebas inculpatorias para este partido en casos de corrupción durante los mandatos del Gobierno del Partido Popular”. Escasean hoy escritores y periodistas en la Cámara baja, como habrán comprobado por el enrevesado título. Esta investigación parlamentaria continúa la senda de otra constituida hace cuatro años: “Sobre la utilización partidista del Ministerio del Interior”. Aquella determinó que hubo tal uso durante el mandato de Fernández Díaz, pero el “caso Kitchen” aportó evidencias judiciales que implican a nuevos responsables políticos y policiales. Entre ellos, el policía Pedro Agudo, a quien Francisco Martínez, número dos de Fernández Díaz en Interior y principal investigado en la causa, mensajeó: “Habla con Manolo (García Castellón, el juez que investiga el caso) y que cierre esta mierda”, iniciando así un comprometido intercambio de información. La pasada semana se aprobó la comparecencia de una treintena de políticos y policías. Entre ellos, inexplicablemente, no estará Pedro Agudo. Pero Villarejo acudirá por unanimidad. Con todos mis respetos, me parece una frikada y un desatino.

Con el famoso comisario –y presunto delincuente– y el Rufián de ERC tendremos circo en la Carrera de San Jerónimo. No habrá trapecistas ni domadores, pero sí alguna payasada y cine negro. El independentista de Ezquerra, que unas veces vota con los de la feria y otras con los del “mercao”, ya advirtió de que considera, al expolicía, el “Vito Corleone de la película”. Señoras y señores: ¡Atentos al espectáculo! ¿Qué sorpresas nos depararán? ¿Habrá historias en las que la mafia pegue fuego a un edificio para hacer desaparecer pruebas incriminatorias contra banqueros? ¿O aparecerán grabaciones con fiscales en situaciones comprometidas, para posteriormente presionarlos?

De nada sirvió la inteligente reflexión del secretario general del PCE, Enrique Santiago, sobre el mencionado comisario: “Tiene capacidad de inventiva, de imaginación y de tergiversar la realidad (…), sus declaraciones varían cada día en función de sus intereses. Por lo que cuanto menor intoxicación haya en las comparecencias, mejor”. Su propio grupo, Unidas Podemos, le enmendó la plana. Por fin consiguió Villarejo su ansiado objetivo. Saldrá del talego para ir al Congreso. Con la tinta de calamar en ristre. Advirtiendo como don Quijote del “relinchar de los caballos, el tocar de los clarines, el ruido de los tambores”, en lugar de los “muchos balidos de ovejas y carneros” que observaba Sancho. O, lo que es lo mismo, tratando de enmascarar los muchos y muy graves delitos por los que está siendo juzgado. Vargas Llosa cuenta la anécdota de un taxista peruano al que le preguntaron si iba a votar a Fujimori sabiendo que era un ladrón. Respondió: “No, no, Fujimori solo roba lo justo”. Parece que hay, en dicha comisión parlamentaria, quien opina parecido sobre Villarejo.

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