¿Hay en el Gobierno español una estrategia industrial? Ya fue muy precipitado el ritmo de la descarbonización, cerrando casi de un día para otro una parte sustancial del parque de centrales térmicas, algunas con bastante vida por delante. Es ineficaz e incomprensible la política de precios de la electricidad a las grandes consumidoras, poniéndolas a los pies de los caballos de la competencia. Y no tiene ningún sentido una intervención pública del mercado del CO2 tan radical que ha provocado una escalada de precios de pendiente inasumible. La premisa para que funcionen los correctores ambientales –absolutamente necesarios– es que sean paulatinos y, a ser posible, negociados, pero la impresión es que ha entrado un elefante en una cacharrería. Con esa política ambiental sin estrategia industrial solo se logrará una rápida deslocalización, sin efecto alguno en el medio ambiente global.
