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Esteban Greciet

Clave de sol

Esteban Greciet

La diplomacia se moderniza

Catorce cuestiones en diez minutos

Diríase que las ciencias que pudiéramos llamar experimentales en el estudio de los comportamientos humanos han de entenderse siempre en formación constante y determinadas por las circunstancias. Es el caso, por ejemplo, de las relaciones diplomáticas entre los estados formalmente constituidos y reconocidos.

Usos tradicionales por naturaleza, pero sin duda también adaptables a las nuevas circunstancias y requerimientos por su complejidad. Todo, a tenor de la mejor eficacia de sus métodos y la adecuación de sus reglas a las evoluciones propias de los usos y costumbres sin echar tiempo en innecesarios protocolos..

Es indudable, por ejemplo, que el tiempo del maquiavelismo ha sido sustancial para la materia de las relaciones internacionales. Pero que en su formulación clásica estaba ya necesitado de una adaptación a los requerimientos de los nuevos tiempos.

La palabra clave es innovación que a su vez requiere un primer apellido tal que creatividad. Pero también un segundo vocablo que podríamos formular provisionalmente como simplicidad, siempre en función de la inmediatez o, si se quiere, la prontitud o la espontaneidad. En fin, la exención de protocolos con frecuencia excesivos o directamente innecesarios.

Estoy casi seguro de que la ardiente juventud de nuestro presidente del Gobierno ha seguido un razonamiento semejante para abordar al presidente de los Estados Unidos por sorpresa en un pasillo. Tal como están las cosas en la política internacional, y no digamos en la española, no se puede perder el tiempo.

La tradicional impulsividad de nuestro joven presidente del Gobierno, tan hecho a no pararse en barras ni tradicionales miramientos, parece que ha aconsejado tomar el toro por los cuernos para patentizar la intrepidez del rompedor presidente español.

Y con la hazaña, según los panegiristas de turno, de plantear a Biden en sólo diez minutos una larga batería de catorce cuestiones sin tiempo que perder.

Todo un récord que recuerda la respuesta de Quevedo al ser interpelado con aquel ”¿De dónde vienes, adónde vas, como te llamas y como estás?” A lo que, sin transición, respondía don Francisco: “Vengo de casa, a Palacio voy, yo soy Quevedo y bien estoy”.

Los importantes son así.

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