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Fernando Granda

De coches eléctricos y su recarga

El posicionamiento de Asturias en la carrera por el medio de transporte limpio

Ilustración

La carrera del coche eléctrico parece que toma cuerpo. Los promotores aceleran. Cuando hace trece años Diego Canga Fano logró poner en marcha Compromiso Asturias XXI (CAXXI) la asociación inauguró un “think tank” para que los asociados y quien tuviese alguna idea que procurase el bienestar de los asturianos propusiesen proyectos, sugiriesen temas, aportaran planes para futuro. Durante un tiempo muchos asturianos “del exterior”, los que residían, trabajaban más allá del Pajares, los desplazados de la diáspora que se extiende por todo el mundo, conectaron telemáticamente con la nueva iniciativa y CAXXI recibió cientos de ideas. Unas serían factibles, otras difíciles de llevar a cabo. Pero las ideas llegaron. En la lista se plantearon temas muy diversos y propuestas de todo tipo. Las hubo de tema local, las hubo más universales; llegaron de regiones españolas, de Europa, de América, de muy diferentes puntos del planeta.

Una de las propuestas fue la creación de puntos de carga para vehículos eléctricos. Consistía en la instalación de estaciones de servicio con postes para los automóviles que no utilizasen combustible fósil, gasolina o gasoil. Los coches eléctricos eran muy escasos entonces y su futuro era incierto. Al menos en España. Pero la visión de futuro anunciaba que la implantación de este tipo de vehículos estaba próxima. La descarbonización llegaba a pasos agigantados y, más o menos pronto sería lo habitual. Y en Asturias esta percepción era más visible puesto que la industria carbonífera llevaba tiempo en proceso de desmantelación.

La propuesta invitaba a la administración asturiana a implantar postes en todo el territorio al tiempo que sugería algún método para que los futuros usuarios de los vehículos eléctricos asturianos instalasen en garajes y locales particulares enchufes para la carga de las baterías de esos “coches del futuro”. La escasez de postes de carga en aquellos momentos –hablo del año 2008– era tal que adquirir coches eléctricos era una verdadera temeridad porque la autonomía de los mismos era mínima, casi nula.

La situación ha cambiado, el progreso y las innovaciones en este tipo de vehículos ha mejorado tanto que ya no son excepciones, los coches eléctricos o híbridos proliferan por el territorio nacional. Las baterías proporcionan una autonomía mucho mayor y se puede viajar con más libertad de movimientos, más lejos, con más puntos de recarga en el mapa de carreteras. Han pasado de coches casi exclusivamente urbanos a automóviles casi populares, capaces de cubrir ya distancias considerables, desplazamientos largos, prácticamente como los de combustión de productos fósiles. Sus baterías admiten un almacenamiento de carga mucho mayor, permiten también una carga rápida –al principio se necesitaban varias horas para “llenar el depósito”– y han aumentado los postes de abastecimiento.

Hoy los medios de comunicación informan de que un estudio señala que “Asturias precisa mil puntos de recarga para dar impulso al nuevo vehículo” –titulaba LA NUEVA ESPAÑA–. Lo dicen al tiempo que resaltan la puja nacional que pretenden distintas entes autonómicas en la búsqueda de factorías (“El Principado pujará por una fábrica de coches eléctricos y otra de baterías”, destacaba este diario) para su implantación. El Gobierno asturiano exhibe ahora la ventaja de que la región cuenta con un potente sector auxiliar que ya elabora material para la fabricación de automóviles. Ahora hacen falta relaciones y política. La propuesta en CAXXI ya fue hecha hace más de una década ¿Estamos en tiempo o llegamos tarde? ¿Qué hacen los partidos asturianos? La política no consiste en la proposición y la oposición: es la organización de la sociedad.

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