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Los Premios y todo lo demás

Mola ponerle cara a la vacuna, el flow de Abramovic, el salero de José Andrés y que eso pase en esta pequeña aldea

Hay un ejercicio muy sano, didáctico y entretenido: ser asturiano e intentar explicar de qué va esto de los premios “Princesa” a un foriatu distraído. Prueben.

Para hacerlo, sin vísceras y sin amor u odio por esta familia tan conocida que nos visita cada otoño y luce corona, conviene separar el trigo de la paja. Por un lado, lo que pasó ayer entre el teatro Campoamor y el hotel de la Reconquista: he ahí la gala de los elegidos, los figurantes y el protocolo. Trajeados y trajeadas. Hay más. El eterno paseíllo, las gaitas, el “qué mona va la Princesa, qué bien habla y qué saber estar Sofía, no me digas”. Después, selfi va y selfi viene. Hay mucho aplauso. El Monarca se para, escucha y da la mano: “Te sigo desde que eras guaje, Felipe. ¡Qué guapo yes!”. Del abuelo no sabemos nada. El himno de Asturias retumba: “Se me ponen los pelos de punta”.

Al final, los premiados salen del teatro escuchando “El xarreru” y con cara de mucha emoción. Fuera hay mucha policía y mucha diversión. Eso pasó ayer aquí y es lo que le llega al foriatu distraído. Hoy, la familia tan conocida y que luce corona acude presta a un pueblín muy guapo, con alfombras nuevas, calles recién asfaltadas y los vecinos estrenando ropa. Eso también le llega al foriatu.

Luego está todo lo demás. Lo que pasa en La Vega, en el Quirinal, en el Palacio Valdés o en el Jovellanos. Lo que les pasa a “Ellos” y por unos días podemos ver nosotros. “Ellos” son personas que hacen muchas cosas y a menudo las hacen bien. Muchos ni nos suenan. Pero ahí están, recibidos con gaitas, transportados en grandes furgonetas negras con cristales tintados y ovacionados allí y allá donde van, como si fuesen estrellas de rock. Mola.

Mola poner cara y voz a la vacuna (“gracias a ellos estamos tomando ahora copas, ¿oíste?”). Mola que 716 alumnos pasen una mañana escuchando a Teresa Perales en vez de escuchar (lo siento, mil perdones, no volverá a pasar) a Ibai Llanos. Mola el “flow” de Abramovic y el salero de José Andrés, que se atreve a tirar de las orejas a los políticos. También mola la curiosidad de Gloria Steinem y la increíble historia de Fiona Mavhinga. Eso pasa de lunes a jueves, aquí y ahora, en esta pequeña aldea global que va del Eo a Tina Mayor. Eso al foriatu distraído no le llega. Pero pasa. Que siga pasando.

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