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Herminio Huerta

Para cambiar

Herminio Huerta

El ogro de la inflación

La alarmante subida de los precios

En estos últimos meses, estamos asistiendo a un considerable repunte de la inflación que, aunque sea silenciosamente, nos afecta a todos los ciudadanos provocando una pérdida sustancial del poder adquisitivo. Los últimos datos que hemos conocido sobre la subida de precios son alarmantes pues, con un 4,1% en la eurozona y un 5,4 en España, son los mas altos de los últimos 20 años. Para darnos una idea de la gravedad del asunto, hay que tener presente que la cifra que está prevista en todos los parámetros y presupuestos de la actividad económica en Europa se fundamenta en un máximo del dos por ciento.

El motivo de esta escalada, que también se produce a nivel mundial, básicamente está focalizada en el encarecimiento de las materias primas, la energía, el gas natural y el petróleo, pero se ve agravada por problemas logísticos de distribución y por un exceso de demanda de consumo de los particulares, en parte, abonado por los ahorros que se han acumulado durante la pandemia.

La merma de la capacidad adquisitiva se une al gran peligro de que la presión inflacionista acabe empujando a los bancos centrales a subir los tipos de interés, lo que sería un verdadero descalabro para nuestro país debido a la escalada del coste de la deuda pública que, por cierto, ya alcanza el 125% del PIB que, como saben, es lo que producimos y la riqueza que creamos en un periodo de un año. Eso mismo sucederá con la financiación para empresas y particulares; en este caso, sobre todo en las hipotecas, provocando una caída de la capacidad adquisitiva de los salarios con el consiguiente empobrecimiento de las clases medias y bajas de la población laboral.

Me consta que la inflación, junto con los repuntes del covid, es actualmente la mayor preocupación de las autoridades europeas que, con cierta dosis de optimismo, piensan que el grave repunte, a corto plazo, será pasajero y puntual y se acabará volviendo a una cifra cercana al dos por ciento a principios del año 2022. Para esa positiva estimación se basan en lo que se llama la inflación subyacente –es la que no incluye energía y alimentación– que es bastante menor que la global pues, en el mismo periodo, asciende solamente al 2,1 por ciento. Otro factor de optimismo que se esgrime para pensar que este preocupante aumento de los precios será breve y pasajero se basa en los contratos de futuros del mercado de materias primas de Chicago, donde el gas natural cotiza con descuentos del 21% para junio de 2022, del 20% para el acero y 11% para el petróleo.

Mi experiencia y opinión personal es que, por mucho que lo intenten, la disminución de la inflación no es tan sencilla como dicen las autoridades económicas, pues, aunque se produzcan ajustes a la baja en algunas materias, nunca se vuelve a los precios anteriores a la subida, así que una parte del encarecimiento de productos y servicios se quedará para siempre; además, el fantasma del aumento de los tipos de interés, vaticino que acabará siendo una realidad antes de un año. Teniendo en cuenta este escenario, me temo que los salarios y las pensiones no se revalorizarán en la misma magnitud, por lo que los ciudadanos terminaremos siendo mas pobres.

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