Durante décadas el movimiento de reivindicación lingüística impulsó masivas movilizaciones exigiendo que Asturies no fuera menos que ningún otro territorio con lenguas propias. Una llama de dignidad que hacía frente a una prolongada sequía en el reconocimiento de nuestra identidad. Todas las comunidades autónomas, salvo Asturies, declararon oficial su lengua propia siguiendo las indicaciones del artículo 3.2 de la Constitución; perdimos 40 años y dejamos desprotegido nuestro patrimonio lingüístico, hoy en situación crítica. A pesar de ello, el asturiano y gallego-asturiano o eonaviego son hablados, escritos y comprendidos por el 25% de la población, y las encuestas señalan que una mayoría social pide su protección y considera que Asturies es más valiosa con todas sus lenguas.
Sin embargo, la negativa a que la oficialidad fuera recogida en el Estatuto de Autonomía tuvo implicaciones más allá de la cuestión lingüística, convirtiendo la reforma del mismo en un tabú. ¿Cómo actualizar un Estatuto, ya obsoleto, sin hablar de la oficialidad? Como consecuencia de esta falta de desarrollo legal, Asturies fue perdiendo trenes en materia de autogobierno, garantía de nuevos derechos sociales, financiación autonómica, o reconocimiento de nuestra singularidad histórica. Por eso afrontamos un desafío crucial: un nuevo Estatuto puede situar a Asturies en mejor lugar para afrontar la crisis demográfica o la reactivación económica. Como bien entendieron las comunidades más ricas, un buen Estatuto es la vía para obtener mayores recursos.
El proceso abierto es ilusionante. Ni los señalamientos ni las “fake news” de los que reniegan de Asturies podrán frenar a las y los demócratas que queremos un futuro para nuestra comunidad. El empuje de la histórica movilización del pasado 16 de Octubre, donde 30.000 personas abarrotaron las calles de Uviéu, nos obliga a avanzar. Sin embargo, pese a que desde Podemos Asturies solicitamos que se iniciaran las negociaciones en septiembre de 2020, no se consiguió una reunión con Foro, IU y PSOE hasta el pasado noviembre. En dicha reunión, Foro condicionó su apoyo a que el desarrollo legislativo posterior de la oficialidad, ya en la siguiente legislatura, requiriera una mayoría de tres quintos; es decir, 27 diputados y diputadas. O lo que es lo mismo, que 19 diputados tuvieran la potestad de bloquear indefinidamente esa ley, dejando nuestras lenguas en un limbo jurídico.
Para analizar esta propuesta de Foro nuestra formación solicitó un informe jurídico al catedrático de Derecho constitucional Miguel Presno, en el que se confirma que la solicitud de una mayoría ultra-reforzada para desarrollar la oficialidad puede ser legal, pero también anómala. Ninguna otra lengua del Estado –¡ninguna!– exige una mayoría de tal calibre para su desarrollo, como no se exige para elegir a gobiernos que manejan miles de millones de euros al año. Foro requiere que solo se desarrolle el asturiano si cuenta con el voto de 27 de 45 diputados, pero Álvarez Cascos fue elegido con 16 votos sobre 45 posibles, Javier Férnandez con 19 y Adrián Barbón con 22. El informe jurídico también recuerda que la mayoría absoluta –23 de 45– es la mayoría reforzada que se aplica en algunos casos excepcionales, y que cualquier mayoría superior solo se exigiría para proteger a minorías en riesgo lo que, obviamente, no se aplicaría en este caso, dado que la minoría que requiere protección es la de los falantes de lenguas en riesgo de desaparición.
Hay, en todo caso, alguna buena noticia. Según el catedrático Presno, incluso sin mayoría suficiente para desarrollar una eventual oficialidad del asturiano y el gallego-asturiano o eonaviego, los derechos relativos a la relación entre la ciudadanía y la administración pública estarían garantizados desde el primer día. El problema viene con el resto de ámbitos –desarrollo educativo, cultural, mediático, etc–, donde podría ser necesario acudir a los tribunales para que sean reconocidos los derechos de las personas hablantes, de manera que serían los jueces, y no los parlamentos, los que desarrollarían la llingua, añadiendo incertidumbre a los y las falantes.
Debemos proteger el asturiano y el gallego-asturiano. No hay tiempo que perder y, por ello, junto a las conclusiones del informe jurídico, trasladamos a PSOE, IU y Foro dos fórmulas de desbloqueo: la primera pasaría por estipular una mayoría reforzada diferente, la mayoría absoluta, considerada por el informe jurídico la más adecuada para evitar bloqueos futuros. La segunda, igualmente avalada por este informe, en caso de mantener Foro su exigencia de una mayoría de 3/5, incorporaría una disposición transitoria en el texto de la reforma estatutaria que garantizaría los derechos pactados entre los grupos parlamentarios que actualmente sumamos 27 diputados y diputadas. Esa disposición transitoria quedaría sin efecto en cuanto otra mayoría similar desarrolle y apruebe la futura ley de oficialidad, pero nos permitiría trabajar rigurosamente en dicha ley con la tranquilidad de que los derechos ya estarían garantizados.
Desde Podemos Asturies ofrecemos un desbloqueo razonable para activar la negociación de la reforma estatutaria que nos permitiría garantizar la protección del asturiano. En cualquier caso, lo hemos dicho claramente: Podemos Asturies no será el problema en esas negociaciones. Sentémonos y avancemos.
