La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

JC Herrero

Etimología del hórreo

El carácter antroponímico de la construcción asturiana

El valor etnográfico y patrimonial del hórreo asturiano está de actualidad, fundamentalmente su preservación. Es oportuno hablar de él, de su nombre y origen.

Del Orrio es un apellido singular en Asturias. Esta onomástica, si acaso toponimia, identifica a una genealogía con la que estoy emparentado.

No sé a quién o quienes se les ocurrió quitarnos de la genealogía ese privilegiado apellido, pero lo tuvimos. Mis ancestros lo llevaron, procedente de Bedriñana. La Pola, que en su día fue Villaviciosa, y que otorgó Alfonso X, la Pola de Maliayo.

Fue el rey “Sabio” y sus Cántigas de Santa María quien escrituraba, ya en el siglo XIII, la relación del “orrio” como granero de trigo.

En Asturias, el apellido Hórreo está muy concentrado en Bedriñana. El padrón a calle hita, rescatado por el estudioso Antoine Massin, ya registra el apellido “Del Orrio” a mediados del siglo XVII. Tiene, igualmente, connotación de promontorio. Así existe el monte “Orrio” descrito por Sebastián Miñano en su Diccionario Estadístico de España, entre Amandi y Viñón, concejo de Villaviciosa.

En Gijón, la punta del “Orrio” está registrada en cartografía. Igualmente en Tapia de Casariego un islote, ergo tiene esa acepción de elevación. El Hórreo asume la función de aislar en altura preservando el grano, la cosecha.

Este apellido se suma al nombre de pila otorgando ubicación, lugar u objeto con .-Del Orrio- toponímico. Más tarde se le añade la hache, Hórreo.

Los padrones del concejo de Villaviciosa aclaran este recorrido patronímico, con tal deriva ortográfica. Hay registros civiles que reúnen en un mismo nacimiento tres formas distintas de escriturar este odónimo, propio de un lugar, si bien hablamos de una construcción que ya tenían bien documentada los romanos, el horreum, quienes legaron tanta arquitectura.

“Maledictum horreum tuum” o “maldito sea tu granero”, recoge el Deuteronomio, lo que atribuye al nombre del hórreo tanta solera.

También, hay cierta convergencia toponímica del pueblo Navarro “Orrio” y su connotación fitonímia, nombre de hoja en vasco. Esa procedencia no estaría descartada, dada la intención del rey, tras la carta puebla, de repoblar Villaviciosa para contrarrestar, posiblemente, la dominancia de la orden del Císter de Valdediós, según recoge alguna crónica maliaya.

Como quiera que sea, el apellido Del Orrio deriva al Hórreo u Órreo, hasta Orrio, ya por errar los escribanos en haches, restar el contracto de la preposición y artículo, o en su caso la fonética del sufijo, que confundía al receptor con las dos vocales fuertes finales, pero con una pronunciación suave –io- que desata el hiato, de ahí el Orrio, que es como suena.

No debemos rechazar la feminización del término dada la pluralidad lingüística de Asturias en donde los géneros, según qué pueblos y según qué ironías semánticas, se invierten en La “Orrea”, de Tineo; La “Orria” o caserío de Siero, o el valle L´Orria en Somiedo, según la distribución administrativa provincial de Oviedo, entrado ya el siglo XX.

Por último, Fonseca y Grossi recogen hasta cinco variantes de escribir el Hórreo, en Asturianu: “Orrio” con y sin H, “Orriu”, “Orro” hasta “Urro”, formas que legitiman el antroponímico y original Orrio que cantara Alfonso X “El Sabio”.

Todo sea por preservar el patrimonio asturiano, el material de la noble madera del Hórreo, como el inmaterial de su propio nombre. Bendito apellido.

Compartir el artículo

stats