Opinión

Carmen Ferreras

Las que tienen que servir

El derecho de las empleadas del hogar a cobrar el paro

"Pobre chica la que tiene que servir. Más valiera que se llegase a morir porque si una no sabe por las mañanas brujulear, aunque mil años viva su paradero es el hospital… Cuando yo vine aquí lo primero que a hacer aprendí fue a barrer, a fregar, a guisar a planchar y a coser. Pero viendo que estas cosas no me hacían prosperar consulté con mi conciencia y al punto me dijo: aprende a sisar". Me vienen de perlas las primeras estrofas del Tango de la Menegilda, de la zarzuela "La gran Vía", para abordar un asunto que no puede pasar desapercibido y que se viene reivindicando desde hace muchos años.

El asunto no es otro que el tan traído y llevado subsidio de desempleo para las empleadas del hogar. Ha sido una lucha importante a lo largo de los años por parte de este colectivo ya no tan numeroso. Mucho han cambiado las cosas en España desde aquellos años con denominaciones tan poco adecuadas como "chachas", "chicas", "sirvientas", "criadas", "mucamas" o "trabajadoras domésticas". Se las ha llamado de cien maneras y ninguna adecuada hasta llegar al actual de empleadas de hogar.

En ese teatro que se montó el presidente Sánchez para abrir el curso político en modo encuentro con los ciudadanos en los jardines de Moncloa, nos ha sorprendido con esta noticia tan esperada. Todo vale cuando hay elecciones en el horizonte y hay que luchar con el contrincante político. La noticia no es otra que la aprobación de la norma que garantiza el subsidio de desempleo para empleadas de hogar. ¡Por fin!

Este reconocimiento, según Sánchez, ha sido una petición expresa de la Organización Internacional del Trabajo. Cuán considerados los de la OIT. En realidad esto que Sánchez ha vendido en su teatrito de comienzo de curso político como noticia se dio a conocer a comienzos de junio en Consejo de Ministros, después de que se ratificara el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo. Esto me encaja más que la alusión de Sánchez a la petición expresa del organismo internacional

La medida no ha encontrado objeciones en su recorrido tampoco por parte de la oposición. Todo el mundo está de acuerdo en dignificar el trabajo de estas personas que, según el censo, constituyen más de medio millón de empleadas de hogar, que podrán disfrutar de unas condiciones de trabajo igualitarias al resto de profesionales, sin las bobadas dialécticas y demagógicas a las que nos tiene acostumbrados Yolanda Díaz, sin que nos acostumbremos. Había que hacerlo y se ha hecho. Así de simple.

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