Soserías

Un "máster" salvador

La cátedra que dirige la esposa del presidente del Gobierno

Francisco Sosa Wagner

Francisco Sosa Wagner

Cuando, arropado como estoy por los años, me complacía en llevar una vida disfrutando de los colores y aromas de la música celestial y del desaliño del pasajero distraído, me encuentro con el anuncio de un "máster" que me invita a "trabajar desde la perspectiva del impacto".

–Esto no me lo puedo perder –oí la voz de mi conciencia que, imperativa, añadió: no hay excusas ante una oferta tan tentadora y sustanciosa.

Pregunté lo que era un "máster" y me enteré de que en español se dice "maestría" pero capté el mensaje: serán enseñanzas sólidas porque están impartidas por políglotas.

Y no he quedado defraudado. Ya lo he terminado con brillantes notas.

Animo a quien me lea a cursarlo. En él he aprendido a practicar "la generación de impacto real, un impacto que trasciende a la propia organización operando una transformación activa en el territorio donde se actúa".

¿Parece poco? Pues lo bueno viene ahora: no me han hablado de "greenwashing" –tal como llegué a temer– sino de "definir el propósito, cómo contribuir desde el negocio a los objetivos de desarrollo sostenible y dibujar una estrategia transversal a la estructura de la compañía".

Y, a partir de ahí, enriquecido, he aprendido a "diseñar un cuadro de mando con las métricas que permiten medir el impacto generado así como la inversión en criterios SG" y ello ya sea "emprendiendo o intraemprendiendo dentro de la empresa".

Ha sido un gozo intelectual enorme que no había experimentado desde que leí a Aristóteles y a Aristófanes.

Porque, cuando ya creía que había recibido el zumo del "máster", resultó que se completó con otra enseñanza todavía más estimulante.

Pues es el caso que he pasado a formar parte de un "ecosistema transformador".

¿Quién me iba a decir, a mis años, que estaba destinado a vivir una aventura semejante? Cuando asumía estar ya definitivamente sentado, en el banco de un parque, esperando mi ictus, resulta que vivo ahora, pletórico y fecundo, en un ecosistema.

Naturalmente no sé qué significa pero sí sé bien que ha permitido a mis lánguidos días percibir el trote de un caballo revoltoso que llevaba dentro dormido y desesperanzado.

Esta vivencia, con sus frutos, la debo al "posgrado" organizado por la cátedra de "Transformación social competitiva" de la célebre Universidad Complutense de Madrid cuya titularidad ostenta la distinguida esposa del señor presidente del Gobierno de España. Hay envidiosos que se preguntan cómo ha accedido a esa dignidad académica esta abnegada conciudadana y la acusan de carecer de titulación.

Paparruchas. Precisamente su mérito consiste en haber llegado hasta ahí sin necesidad de estudiar ni de leer libros que tanto dañan la vista. Tampoco ha sufrido pruebas que a lo único que conducen es a un seguro desarreglo psíquico. ¿A qué vienen entonces las críticas y, peor aun, ciertas burlas?

Para mí, ha sido descubrir la vida en un Universo que creía mortecino.

Y además percibo que, casi sin darme cuenta, me estoy haciendo un "influencer". Y de los buenos.

¡A mis años!

Suscríbete para seguir leyendo