Carta al votante de centro derecha asturiano

Diego Canga

Diego Canga

Las elecciones del 28 de mayo serán clave para el futuro de Asturias. Y el inicio del ciclo electoral que culminará con las generales a finales de año. Soy consciente de la trascendencia de este momento, que abre una nueva etapa en la que los asturianos decidiremos en las urnas nuestro devenir más próximo. Una esperanza para el cambio que se hace ahora, más que nunca, más fuerte.

Sabemos que hay causas irrevocablemente justas, las defienda quien las defienda. Y sabemos, porque lo hemos vivido muchos años, que los rodillos se han llevado por delante aspiraciones legítimas y justas sólo porque estaban abanderadas por una minoría.

Todos, especialmente quienes lideramos formaciones políticas, tenemos una alta responsabilidad. Estamos obligados a actuar con altura de miras, a buscar y agotar toda posibilidad para dar esa respuesta que los asturianos llevan tanto tiempo reclamando

En la mano de quienes estamos en el centro derecha está la opción para que Asturias cuente con un Ejecutivo eficaz, sin estridencias, sin batallas tan viscerales como inútiles, a las que un nuevo gobierno marcado por el sello del sanchismo nos arrastraría con total seguridad.

Un gobierno cuyo único objetivo máximo sea hacer del Principado una comunidad líder en España, atractiva para familias e inversores; fuerte y capaz de recuperar la pujanza industrial que nunca debió perder, y que mantenga su carácter y su orgullo de identidad.

La alternativa al sanchismo que hoy nos frena está en la suma del centro derecha, porque la fragmentación en distintos partidos mantiene el riesgo de consolidar el sanchismo en nuestras instituciones. La reunificación del voto es la única vía lógica que reivindican los asturianos.

Por desgracia, en nuestra tierra somos testigos de las consecuencias que acarrea la división, especialmente desde que en 2011 el voto se fragmentase en dos, o PP o Foro Asturias. Los partidos del centro derecha hemos visto reducir nuestra representación y nuestra fuerza. Si llegamos a contar con más de una veintena de diputados, ahora tan solo son once (10 del PP y uno de Foro). El panorama en los Ayuntamientos tampoco es más halagüeño: entre ambas formaciones tan solo se gobierna en 10 de los 78 municipios. Ante estas cifras hay una máxima que se alza irrefutable: unidos somos más fuertes que otras opciones.

Asturias no se merece que el centro derecha vuelva a tropezar por cuarta vez en los mismos errores. Dividir el voto solo beneficia a Adrián Barbón. Asturias debe estar por encima de cualquier sigla, porque lo importante es la estabilidad, el bienestar de los ciudadanos y generar un clima de confianza hacia el Gobierno del Principado que lleva años hecho añicos.

Debemos valorar cuál será nuestra contribución para el futuro de nuestra tierra. La mía, sin duda, será una participación noble y generosa en el avance de Asturias, con humildad, prudencia y la determinación de cumplir mis compromisos. El primero es poner todos los recursos necesarios para tender puentes que proporcionen un modelo de cooperación entre quienes compartimos ideas, sentimientos y proyectos. Porque no hay mayor símbolo de asturianía que la unión de quienes amamos esta tierra y creemos en su futuro. No todo está perdido y nunca es demasiado tarde: la oportunidad de cambio está ahora en nuestras manos.

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