Sol y sombra

La ley mordaza

Luis M. Alonso

Luis M. Alonso

¿Se acuerdan de la ley mordaza? Ha pasado tanto tiempo que estos días cuando se vuelve a hablar de ella, solo el hecho de oírla mencionar produce algún que otro sobresalto en las personas sensibles. Bajo el nombre de Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana fue aprobada en solitario por el Partido Popular, en 2015. Entonces, Pedro Sánchez alzó la voz, la calificó de atentado gravísimo contra la libertad de expresión y prometió derogarla nada más llegar al Gobierno. Se van a cumplir ocho años y la ley mordaza, que fue como la calificó en aquel momento la oposición, ahí sigue. En las barricadas contra Rajoy era una cuestión de suma urgencia reformar los aspectos más lesivos de esta ley maligna, desde el poder el asunto no se ha visto con la misma preocupación. Sí, sé que rebuscar entre lo que Pedro Sánchez predicó un día y lo que luego llevó a cabo equivale a perder toda fe en el ser humano. Aún así animo a seguir haciéndolo porque es la única manera de llegar al fondo del personaje conociéndolo como es debido.

Rebobinemos, por tanto. Cuando el PSOE acordó con Unidas Podemos formar un Gobierno de coalición en diciembre de 2019, se comprometieron a aprobar, a la mayor brevedad, una nueva Ley de seguridad ciudadana, en lugar de la norma de los populares, con el fin garantizar el ejercicio del derecho a la libertad de expresión y reunión pacífica. Unos días antes, el PNV había registrado en el Congreso una proposición para reformar la existente. Sin que nadie haya explicado por qué antes era tan dañina para el conjunto de la sociedad y después dejó de serlo, la ley siguió un trámite errático y apenas visible hasta ahora que parece emerger en medio de la agitada marea legislativa. Finalmente. No es malo recordar: como escribió Kundera la lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido.

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