Sol y sombra

Desesperación

Luis M. Alonso

Luis M. Alonso

En un año electoral, la desesperación arrastra las estrategias de los partidos hacia abismos insondables. Puede que muchos vean en Sánchez un político no demasiado sobrado de principios y a la vez carente de escrúpulos. Pero no es tonto, aunque utilice la inteligencia exclusivamente en su beneficio. Con el contador en marcha de los violadores que obtienen reducciones de sus penas y en otros casos la libertad, sabe que la ley del sí es sí es en estos momentos una trituradora de esperanza de victoria en las urnas. Los efectos de la siniestra ley Trans aún se desconocen y no parecen dibujar tampoco un futuro halagüeño, mientras que las rebajas en los delitos de malversación y sedición para los condenados del procés todavía corroen las conciencias de muchos votantes que no se explican el trato de favor hacia los socios del Presidente. El guau es guau y el miau es miau de la ley de protección de los animales no deja a casi nadie contento; ni siquiera los animalistas se ponen de acuerdo para bendecirla. Entretanto y pese a la bajada del IVA, la inflación se eleva casi al 6 por ciento y los precios de los alimentos continúan subiendo. El poder adquisitivo de una mayoría mengua a pasos agigantados.

No hay razones para estar contentos con el Gobierno, que sumido en una lucha interna no es capaz de despejar el panorama de su creciente impopularidad. Por ese motivo ha decidido pasar al contraataque agitando la movilización en Madrid a causa del mal funcionamiento de la sanidad pública, no solo exclusivamente por el deterioro detectado en la atención primaria sino porque se trata de la comunidad que preside Isabel Díaz Ayuso, una de las bestias negras de la izquierda y el enemigo a batir. Curiosamente, contra la sanidad madrileña se manifiestan, además de los madrileños, los extremeños y de ella pueden llegar a renegar hasta los asturianos, cuando algunos de sus indicadores no son peores que los de otras comunidades.

Suscríbete para seguir leyendo