Sol y sombra

Relativismos

Luis M. Alonso

Luis M. Alonso

Habrán oído hablar de "la cultura de la cancelación" y de tantas otras cosas atribuidas a la cultura que lamentablemente no tienen nada que ver con ella. En muchas se basa el relativismo ingenuo, que consiste en la afirmación de que cada "cultura" tiene su propia moralidad y nadie puede criticar legítimamente las creencias morales fuera de su propio territorio. El primer objetivo de la ética es desengañar a los estudiantes de la idea, por contra muy arraigada entre los jóvenes que se sienten atraídos por lo que sugiere en cuanto a tolerancia e inclusión. De ese relativismo se aprovechan también los menos tolerantes. Los miembros de los servicios de seguridad de las sedes donde se disputaron las eliminatorias de la Copa del Mundo en Doha negaban la entrada a los campos de fútbol a las personas que vestían ropa arcoíris en protesta por la discriminación homosexual, y a Qatar le faltó tiempo para recordarles a los forasteros que se guardaran para otra ocasión sus consideraciones morales. Los funcionarios chinos se han negado a aceptar durante años como valores universales las interpretaciones occidentales de democracia y derechos humanos cuando desde fuera se critica a China por la represión y el trato a las minorías. Al clamar por democracia en Latinoamérica muchas veces nos hemos encontrado con un muro que predica la necesidad de regímenes autoritarios en sociedades mal alfabetizadas, recordando que no pueden gobernarse como las europeas. Otro ejemplo es el trato a las mujeres en las teocracias islámicas como parte de una "cultura".

La conclusión del relativismo ingenuo es que las personas que viven en comunidades ricas y poderosas deberían comportarse con humildad al juzgar las prácticas de los demás. Se ve que no tienen en cuenta a China ni a las dictaduras de los petrodólares. Sin embargo, la idea ha calado popularmente por mucho que la ética se esfuerce académicamente en corregirla. ¿Establecemos unos límites? ¿Qué decir sobre la "cultura nazi"? Sólo con aplicar la lógica, el relativismo ingenuo se desmorona.

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