Sol y sombra

El régimen

Luis M. Alonso

Luis M. Alonso

Laporta ha contestado con eso del equipo del régimen a los que le piden explicaciones por los 7 millones de euros que el Barça pagó durante años al vicepresidente del comité nacional de árbitros, supuestamente por un asesoramiento que aún sigue siendo una incógnita. Lo ha hecho, obviamente, para desviar el tiro de las acusaciones por corrupción y de las investigaciones que continúan su curso. Y también por qué hay actuaciones bajo sospecha de soborno arbitral que no se pueden explicar ni siquiera minimizándolas como si se tratara, en vez de un delito, de una simple falta de ética. El adversario señalado, el Real Madrid, no tardó en responder con un vídeo situando al club catalán, bajo el paraguas protector del franquismo en los ignominiosos años de la dictadura.

A quienes se molesten en cuestionar quién fue en realidad el equipo del régimen –para ser exactos de aquel régimen– habría que aclararles que todos lo fueron en mayor o menor medida. El franquismo nombraba a los presidentes del Barcelona que luego condecoraban a Franco por concederle al club las recalificaciones que necesitaba para no desaparecer durante los años que se alzaba con los campeonatos de Liga. También se subía al carro de los éxitos del Madrid en Europa, donde no existía el menor apego a la dictadura española. Es cierto que hay grados de servilismo: el Barça, al conceder tantas medallas al Caudillo, trepaba más por esa escala que el club blanco que tuvo incluso la osadía de pedirle al general Millán Astray que se levantara del asiento que no le correspondía en el palco de Chamartín.

Pero los clubes de fútbol, en general, igual que la práctica totalidad de las sociedades de entonces, estaban penetradas por el régimen. Por algo se trataba de una dictadura en los años de su mayor expresividad que siguieron a la guerra civil. Afortunadamente vivimos otros tiempos, aunque algo de todo aquello no haya cambiado: el Madrid sigue ganando copas de Europa a un mismo ritmo.

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