Diferencias entre lo local y lo hermético

Gestores locales y caciques

Óscar Luis Alonso Cienfuegos

Óscar Luis Alonso Cienfuegos

La administración local, el desarrollo local, el enfoque local y otras cuestiones similares que comparten el apellido local, son realidades bastante relevantes que ponen en valor el concepto o dimensión espacial, especialmente a pequeña escala, frente al temporal, que ha tenido un desarrollo más intenso y profundo en el ámbito económico, especialmente desde la publicación en los años 70 del análisis de series temporales realizado por Box y Jenkins, así como por su relevancia en ámbitos financieros y actuariales, absolutamente preponderantes para la oligarquía económica dominante en contextos económicos globales, propios de un sistema enormemente dependiente del capital financiero especulativo.

Y esa dimensión espacial que tan bien combina con la temporal, por ejemplo, en los tan extendidos análisis de datos de panel, debe tener en cuenta el problema de la unidad de área modificable, por el que usamos datos atribuidos a unidades espaciales, como pueden ser poblaciones, municipios, regiones, países… siguiendo patrones artificiales que nada tienen que ver con el problema económico objeto de estudio. En econometría, la estadística y las matemáticas deben combinarse también con la teoría económica, y el enfoque económico local es fundamental para tratar estos problemas en los datos que, si se utilizan arbitrariamente y sin criterio, cambian al cambiar la unidad espacial considerada, proporcionando así más dudas que certezas.

Dentro de los análisis económicos que incluyen la visión espacial, algunas veces, casi siempre fuera del ámbito académico, se suele tender a considerar los análisis de ámbito local, propios de unidades pequeñas, a lo sumo comarcales, como las menos relevantes, generalmente por la especificidad de los mismos y por la suposición de que su interés se limita a los posibles usuarios vinculados a esas áreas geográficas más pequeñas, que son un subconjunto muy pequeño con respecto a otras áreas más grandes, lo que constituye un error de apreciación, desde mi punto de vista, porque, aunque podría darse el caso de que esto fuese así, siempre sería en aquellos planteamientos en los que el diseño del estudio o análisis sea erróneo o incompleto, al no considerar que lo local siempre forma parte de lo universal y que al extendernos más allá de las fronteras de las áreas espaciales pequeñas las variables económicas tienden a estar interconectadas y su réplica es un fenómeno abundante. Consideremos también que las muestras, que son subconjuntos poblacionales, sirven para hacer inferencia estadística y determinar, aunque sea con cierto grado de error, características del conjunto a partir del "pequeño" subconjunto.

No debemos dejar de considerar que lo local también tiene una mala interpretación por parte de quienes lo asocian a lo hermético, a lo pequeño de miras o a lo autárquico. Asociación espuria, ya que dichos atributos se dan a cualquier escala territorial y son más propias del individualismo, atribuible solo a algunos individuos, que, a la naturaleza de lo pequeño o parcial, aunque dichos individuos al agregarse conformen colectivos, eso sí. Es por esto por lo que muchas veces se impone la calidad a la cantidad y por lo que las recetas generalistas a veces se convierten en rodillos que homogeneizan lo particular hasta el punto de hacerle perder su esencia o sus virtudes, a menudo interesantes por diferenciadoras.

Pero bien es cierto que el hermetismo, atributo generador del localismo, entendido este como el defecto que permite alcanzar y considerar exclusivamente lo próximo, renunciando a lo que se extiende más allá, es el fenómeno que más perjudica al desarrollo local y por extensión al rural, que, por definición, se beneficia del primero y comparte la mayor parte de sus planteamientos. Los caciquillos locales también existen, existieron y existirán, y están en todas partes, tanto en la política, como en movimientos colectivos de tipo asociativo, como en la empresa privada, como en la administración, así como en cualquier otro ámbito social y cuando adquieren cierto poder y relevancia establecen las perniciosas redes clientelares, basadas en el nepotismo y en el amiguismo, el mayor enemigo del desarrollo local, rural y por ende, de la despoblación. Y ese enfoque pernicioso, indolente con el conocimiento, con otros puntos de vista y alternativas y cuna de la autarquía es lo que a veces contamina el enfoque local, imprescindible y necesario para lo específico y también para la buena gestión global, que no olvidemos se conforma como adición de lo particular.

Esperemos que tanto a nivel académico, como a nivel general tengamos siempre en cuenta esta diferencia entre gestores locales, que los hay y muy buenos, y caciques locales, así como entre lo local, que forma parte de lo universal y de lo global, poniendo en valor lo específico, y lo localista, sinónimo a veces de hermético y autárquico, tanto en lo económico como en lo cultural.

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