Siempre se juega al límite

La votación del 23 de julio deparó un escenario endiablado. Sucesos posteriores, como el escaño perdido por el PSOE en Madrid, lo endiablaron todavía más. El uso por quienes tienen las mejores cartas, como Junts o Coalición Canaria, para apurar la jugada hasta el último minuto, convierten la sesión del Congreso de hoy en el clímax de la partida. Son esas las situaciones en las que el gran profesional del juego se siente mejor, inundado de adrenalina, mientras los espectadores gozan con la emoción ante la incertidumbre. Sin embargo, en mi opinión, el desenlace final está cantado, da igual que se empiece a despejar en la primera mano del juego, o sea, la elección hoy de la Mesa del Congreso (que sería lo lógico), o quede para la segunda, o sea, la elección del presidente del Gobierno. La razón es que Sánchez se juega mucho, pero los que tienen las cartas decisivas se juegan más aún.

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