La obsesión por la política nacional, con sus actores, figurantes, trama, libreto y apuntadores mediáticos asomados al escenario, puede hacernos pensar que eso es todo, dejando fuera de foco las grandes cuestiones. El encuentro de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, y la presidenta del Gobierno de Italia, Giorgia Meloni, en el lugar de máxima tensión migratoria de Europa, reúne los ingredientes del más dramático dilema al que hoy se enfrenta Europa (más aún que la Guerra de Ucrania), cómo conjugar tres cosas: preservar el humanitarismo que está en la base de los valores de la Unión, asumir un flujo suficiente de migrantes para que siga funcionando la base de su economía (hoy sostenida por ellos) y evitar una avalancha sin control que acabaría con el paraíso que aún es para los que están dentro y los que quieren estarlo. ¿Se hablará de esto en las investiduras?