El temible pulso de la calle

Pedro de Silva

Pedro de Silva

Cuando paso cerca de una de esas tertulias urbanas que se forman en algunas esquinas o parques de forma casi espontánea, con media docena de personas jubiladas o en paro hablando de todo, aminoro la marcha y pongo la oreja, como primera célula de la sociedad civil que son. Deduzco por lo que pillo que estos días el tema viene siendo la amnistía, como si estar a favor o en contra lanzara a uno a un lado o al otro de las dos Españas. Los separadores, un tipo de personas que van por la vida haciendo ese trabajo para excluir de lo que sea al contrario (siempre con puntito de interés), se ponen estos días las botas. Como es natural, para separar bien hay que procurar simplificar, con matices ya no vale. Quiso la providencia que, al pasar cerca, uno de ellos alzara la voz: ¡Pero es que hay que elegir entre Puigdemont y Abascal! Casi se me escapa la risa, pero luego me puse a pensar.

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