La gran conspiración vuela más alto

Un billón de euros, como se sabe, es un millón de millones. A tenor de un informe publicado ese es el importe recaudado en los mercados financieros, a través de los bancos más importantes, para que puedan seguir expandiendo su actividad más allá del año 2030 las principales empresas del mundo dedicadas a la obtención de combustibles fósiles, cuyo destino inevitable es, como también se sabe, una combustión que seguirá alimentando de emisiones el efecto invernadero. Pierden por tanto el tiempo, de este modo, los partidos que por acción u omisión boicotean a nivel micro la llamada Agenda 2030: su papel de comparsas es patéticamente prescindible, y el sistema ya se vale por sí mismo, con sus cooperadores necesarios, para boicotearla a lo grande, sin necesidad de servidores de a pie que vayan dando el cante luchando, por ejemplo, contra bicicletas, zonas peatonales o placas solares.

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