Y de repente, Leonor

Mariola Riera

Mariola Riera

La Princesa de Asturias llega a Oviedo para entregar los premios que llevan el nombre de su título, el de heredera de la Corona de España. No será para la hija de los Reyes una edición cualquiera de unos galardones de innegable prestigio internacional y potente foco de actualidad. Los tres días de intensa agenda que están por delante en Asturias son el mejor escaparate con el que cuenta la Casa Real para apuntalar la proyección pública de Leonor de Borbón y Ortiz, pero en su faceta civil, después de haber hecho lo mismo con la militar. Porque después de años de un perfil más bien bajo, en el que se ha contenido y limitado lo más posible su exposición pública en una agenda en la que se cuentan con los dedos de la mano sus apariciones –siempre, además, en segundo plano, al lado de los Reyes– y los actos relevantes (su primer discurso en público, en 2019, en los premios "Princesa"; primer acto en solitario en 2021 en el Instituto Cervantes; asunción del Toisón de Oro a los 10 años), la Princesa alcanza la mayoría de edad y tras la jura de la Constitución el mismo 31 de octubre deberá asumir todo sus deberes institucionales como heredera.

La jura de bandera y el desfile en la Fiesta Nacional, con debut incluido en la recepción en el Palacio Real, en ambos casos ataviada con el uniforme castrense que le corresponde como cadete de la Academia General Militar de Zaragoza, han revelado a una joven que cumple con creces con el guion marcado para estar en su día al frente de las Fuerzas Armadas y que, además, se siente cómoda. Ahora toca proyectar el papel de la princesa como futura jefa de estado de una monarquía parlamentaria. Y para esto nada mejor que el impagable escaparate de los Premios "Princesa de Asturias", que se producen en el momento idóneo, a pocos días de su mayoría de edad y después del inicio de su formación militar. Todo esto llega (no hay que olvidarlo) en medio de cierta inestabilidad y ruido político, situación en la que la Corona tiene una gran oportunidad para exhibir su papel de garante de la estabilidad, unidad y continuidad de España en un sistema de monarquía parlamentaria como marca la Constitución.

La Princesa Leonor aparecerá esta tarde en Oviedo para asistir junto a sus padres, los Reyes Felipe VI y Letizia, y su hermana, la Infanta Sofía, al concierto "Con cierto sabor a paz" (19.30 horas, auditorio) que abre la agenda en Asturias de la familia real, a la que por primera vez se la verá en público al completo desde finales de agosto. Hasta el sábado, con la entrega del premio "Pueblo Ejemplar" a los vecinos de Peón, Arroes y Candanal (Villaviciosa), a los que dirigirá unas palabras y con los que compartirá unas horas, Leonor tiene un intenso programa de actos: dará el que sea probablemente su discurso más importante hasta ahora, en el teatro Campoamor, en la ceremonia del viernes; se rodeará de jóvenes con destacados expedientes académicos; estará con los premiados este año, relevantes figuras del mundo de las artes, las ciencias, las letras, el deporte..; se relacionará con una amplia representación de toda la sociedad; y, por supuesto, se dejará mimar por los asturianos, siempre prestos en la calle a aplaudir y vitorear a su Princesa, esa que hasta ahora dosificaba sus apariciones.

Pero toca pasar página. De repente (o no tanto), ha aparecido Leonor.

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