La estrategia de Sánchez para las elecciones europeas

El implícito "discurso del odio" que está tras el explícito "discurso del miedo" del Presidente

Jorge González Nanclares

Jorge González Nanclares

Sánchez Castejón quiere extender a Europa la estrategia que le salvó del "agua al cuello" de las últimas elecciones generales, convocando unilateralmente al día siguiente de las municipales, sin apoyo del partido y ni siquiera de sus allegados más próximos, un adelanto de las elecciones generales para el pasado mes de julio en un intento de inculcar el miedo a la ultraderecha y a la derecha extrema, en la que están actualmente instalados, según él, todos los partidos conservadores españoles, y ahora también los europeos, al parecer. Jugada que le salió bien por los pelos.

Atreviéndose, en su desfachatez, a tildar de cómplices de la ultraderecha a todos los partidos de derechas e incluso de centro derecha.

Esto es mezclar en un "totum revolutum" fenómenos tan dispares, y con tan distintos orígenes, que han tenido lugar últimamente en algunos países europeos y americanos, que habría que analizar particularizadamente, porque no todos son iguales. Por ejemplo el caso Donald Trump en EEUU, Bolsonaro en Brasil, Alberto Otárola en Perú, Guillermo Lasso Mendoza en Ecuador, y últimamente Milei en Argentina (con un Estado en quiebra), al que, por cierto, no ha enviado a la toma de posesión ni a un sólo ministro (14 estaban en la presentación de su libro), dejando solo al Jefe de Estado.

Así como los casos europeos de Meloni en Italia, Morawiecki en Polonia u Orbán en Hungría, olvidándose, "el demócrata", que todos ellos son gobernantes "elegidos por el pueblo" e incluso que han ganado unas elecciones, no como él. Algún análisis fino habrá que hacer, porque si no se está demonizando a los votantes que les votaron, valga la redundancia, y por ende, a la democracia que tanto dice proteger.

Pero, además, es que no dice nada de Asia. En realidad de Rusia para allá, salvo de Israel, no ha dicho nada (es una crítica, permítaseme la licencia, endoeurocentrista).

Pero a S. Castejón no le interesa el "pincel fino", sino la "brocha gorda" para atraerse a “las masas” que sabe que no dilucidan entre un fenómeno y otro con tal de que se les consiga englobar a todos esos "movimientos" como "peligrosa ultraderecha que pone en riesgo a la democracia".

Y todo ello lo hace desde lo que él predica que ha sido el triunfo de "la mayoría de progreso" en España, que, como nación de naciones, ha sabido conjugar las sensibilidades sociales con las territoriales, omitiendo deliberadamente que la mayoría del congreso, que rechazó la investidura de Feijóo y que le apoyó a él en la suya, abarca desde la populista ultraizquierda neocomunista y exterrorista (hoy mismo apoya una moción de Ehbildu para quitarle a UPN la alcaldía de Pamplona), hasta la más que ultraxenófoba derecha nacionalista y racista, pasando por todos los rangos intermedios (aquellos del "qué hay de lo mío").

Y, por supuesto, sin citar ni a una sola de las actualmente existentes dictaduras de corte socialcomunista que, cada vez con más descaro, cometen todo tipo de tropelías sin contestación aparente por parte de la izquierda "progresista" europea (Maduro en Guayana, Putin en Ucrania, Irán en Israel..., por no hablar de Corea del Norte).

Aunque lo que está haciendo realmente el aludido "elegido por las bases" es, esta vez sí, avivar un discurso frentista y hostil contra todas aquellas opciones políticas de corte socialdemócrata, centrista o liberal (salvo las de aquellos que lo apoyen para gobernar), instaurándose él mismo en un implícito "discurso del odio" que está basado en su explícito "discurso del miedo", porque sabe que esa, la opción centrista-liberal es la verdadera alternativa a su "mayoría de gobierno’" contra todo lo que no sea él mismo o sus lacayos. Aquella derecha socialdemócrata e incluso democratacristiana, en algunos casos, que ha llevado a Europa a las mayores cotas de democracia y redistribución de la riqueza de todos los tiempos.

Véase en este sentido, por cierto, la recién creada "Dirección General de Discurso y Mensaje" dependiente directamente de la Moncloa y que nos recuerda vagamente, y digo sólo vagamente sin pretender correlacionar ambas, a aquel "Ministerio de la Propaganda" de Joseph Goebbels, de tan nefasto recuerdo para Europa. Precisamente ahora que, él mismo, ha destapado el fantasma del nazismo desde el Parlamento europeo, azotándoselo directamente a la cara de la avergonzada derecha europea. Es la "supremacía moral de la izquierda" desde la que habla y en virtud de la cual, "el fin justifica los medios".

Suscríbete para seguir leyendo