La sutil impermeabilidad del corcho

Francisco García

Francisco García

Porque la gobernaron en exclusividad durante tres décadas, los socialistas de Gijón siguen en la creencia errónea de que la suya es una ciudad sociológicamente de izquierdas. Grave equivocación que les ha costado ya tres elecciones locales, siempre a manos del mismo partido conservador. Pero no ha sido nunca el PP quien ha derrotado al PSOE campeador, así que los populares deberían hacérselo mirar. Si cada vez que la izquierda gijonesa cojea el bastón de mando se lo queda un candidato de siglas diferentes a las del segundo partido en relevancia de la región, puede decirse que el PP no llega nunca a las elecciones con los deberes al día. Bien es cierto que Carmen Moriyón ha sido alcaldesa de prestado, pero ha sabido obtener rédito cuantioso de las deficiencias del resto, de sus incapacidades internas o externas. En eso, la cirujana es un tratado de eficacia política.

En el actual mandato local, los populares gobiernan con Foro y la inestimable ayuda aritmética de un evadido de Vox. O sea, que se asoman al poder por primera vez en años y su presidente, el senador, parece empeñado en poner palos en las ruedas de un acuerdo ventajoso para las dos partes. Cuestiona Pablo González dos asuntos estrella del «moriyonato»: la compra de los terrenos de Naval Gijón y la conversión del solarón en un gran espacio verde, del que augura que será «el parque más caro de España». Parecería que González, sobreviviente «cum laude» de todas las crisis intestinas de los populares, corcho flotante e impermeable a todas las mareas, le tiene ojeriza a Foro, partido al que huyó en su día antes de regresar con la oreja gacha al redil del PP. Sus razones tendrá, pero algunos de sus concejales no comulgan ya con ruedas de molinón.  

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