Mickey, por qué te queremos

Pedro de Silva

Pedro de Silva

Mickey Mouse acabaría en emblema del imperialismo USA, al nivel de la Coca-Cola, pero el secreto de su éxito universal es que ni perdió nunca las señas de sus orígenes modestos ni la alegría consustancial a no tener nada de veras serio de lo que responsabilizarse. Serio y alegre son antónimos y por algo. La imagen de un personaje de animación marca su carácter, y nadie se imagina a Mickey sin una sonrisa que es puro reflejo de la alegría interior irrefrenable que lo mueve. Proveer de esa alegría a uno de los animalitos más pequeños y sin duda el más despreciado de nuestra gran familia de mamíferos fue algo genial, pues el Ratoncito Pérez, muy anterior, no solo tiene una alta responsabilidad, que aflora en su iconografía, sino que anuncia a los niños el destete y la llegada a sus tiernas encías de dientes necesarios para su futura responsabilidad depredatoria. Mickey solo quiere alegrarnos.

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