Silencios atronadores

De las lecciones de la pandemia al quiosco de la música de Oviedo

Pere Casan Clarà

Pere Casan Clarà

Hay silencios que resuenan estrepitosamente. Recurrimos al oxímoron para destacar que ciertos mutismos son más elocuentes que el diccionario. En muchas ocasiones sólo escuchamos una palabra discreta, un ligero susurro que no nos compromete. Qué difícil es tomar partido, incluso por cosas que a todas luces son inequívocas. La contaminación galopante de nuestro medio ambiente, la pobreza que vemos en las calles, la situación de los países en plena guerra. Únicamente con observar el telediario o leer la prensa diaria, abrimos la ventana a un mundo en convulsión que nos oprime y nos deja impotentes. Pero hay cosas más sencillas y cercanas que podemos y debemos modificar. Nuestra obligación es recordarlas y contribuir a su resolución. Veamos algunas de ellas.

Pasó lo más grave de la pandemia y nos falta realizar algún balance de lo ocurrido, fundamentalmente para que no se repita ¿Qué pasó con las residencias de ancianos? ¿Hemos revisado el número de fallecimientos y las circunstancias en que ocurrieron? ¿Está resuelta la coordinación entre lo estrictamente sanitario y lo social de los cuidados a estas personas? Si volviera a suceder una infección como la de principios del año 2020, nuestros padres y abuelos que reciben atención en estos centros, ¿estarían expuestos de nuevo a la falta de recursos como la que se encontraron entonces?

Invierno de 2023-2024 y de nuevo abundancia de infecciones respiratorias víricas. Algunos casos transcurren en el propio domicilio, pero un gran número de enfermos acuden a los servicios de urgencias, colapsan la atención primaria y llenan las camas de los hospitales. Nada especial que no suceda reiteradamente todos los años. Sabemos que la vacunación masiva reduce significativamente el número y la gravedad de los contagios. El porcentaje de personas que acuden a vacunarse no supera el 30%, incluso entre el personal sanitario. ¿No deberíamos extremar las recomendaciones sobre este particular, aumentar la información en forma de campañas publicitarias, o incluso llamar la atención sobre una responsabilidad colectiva, dado que sabemos que la eficacia de las vacunas aumenta progresivamente con el número de personas que se las administran?

Una iniciativa más local y mucho más sencilla. En el Parque San Francisco de Oviedo existe un maravilloso quiosco de la música, construido en el año 1888 y recientemente rehabilitado, después de varios años de permanente deterioro. Este magnífico templete, edificado por iniciativa de Leopoldo Alas (1852-1901), emite actualmente un superlativo y atronador silencio. No creo que sea complicado ni excesivamente oneroso que se programen actuaciones musicales, al estilo de cualquier jardín londinense, todos los domingos, por así decir, a las 12 horas. Oviedo es una ciudad musical y el público haría suyas estas expresiones artísticas dominicales.

Silencios estruendosos, pausas interminables de tiempo colectivo, falta de respuestas a preguntas cotidianas que todos nos hacemos. Cuando el 13 de noviembre de 1943 Leonard Bernstein (1918-1990) supo que al día siguiente debería dirigir a la Orquesta Filarmónica de Nueva York, debido a la inoportuna enfermedad del director invitado Bruno Walter (1876-1962), le entró un momento de incertidumbre. Una de las obras propuestas en el programa era la obertura del poema dramático "Manfred", Opus 115, del compositor alemán Robert Schumann (1810-1856). La partitura tiene un inicio especialmente complicado, dado que después de tres acordes contundentes, se produce una pausa. De cómo se resuelva el reinicio tras esta pausa, depende la continuidad feliz de la obra o un estrepitoso fracaso. Se trataría, pues también, de un "silencio atronador", en este caso en el inicio de un concierto. Una trampa endemoniada del compositor, ya que el resto de la obertura no guarda ninguna relación con el inicio. Bernstein era conocedor de esta dificultad y acudió al domicilio de Walter para valorar su forma de resolverla. La orquesta no tuvo tiempo de ensayar con el joven director ningún pasaje del concierto, que concluyó con un espectacular éxito que le encumbró a la cima de la música en su país y en el mundo. Pueden escucharlo en una grabación transmitida en directo por radio: https://youtu.be/VSaI11O5WzY?si=oh3leCqUWQYahkT-. Después de la interpretación del himno americano, suenan los tres acordes iniciales, seguidos de un silencio interminable. En la reciente película sobre su vida, "Maestro", dirigida por Bradley Cooper y producida por Netflix, en mi juicio demasiado implicado en la vertiente familiar y no tanto en su obra, queda reflejado este oportuno inicio de su vida musical como director de orquesta.

Silencios atronadores que deberían ser meras pausas de reflexión. Pidamos que se interrumpan estos silencios para dar respuesta a todas nuestras preguntas y para escuchar pronto de nuevo a la Orquesta Municipal de Oviedo en el Parque San Francisco.

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