La gran oportunidad atlántica

La creación de una macrorregión que incluya a Asturias como medio para un mayor progreso

Covadonga Tomé

Covadonga Tomé

Se denomina macrorregión a una zona que abarca varios territorios administrativos de distintos estados con suficientes asuntos en común como para justificar una formulación estratégica única. Actualmente existen en la Unión Europea cuatro entidades de este tipo reconocidas: Báltico, Danubio, Alpes, y Adriático, siendo esta última la más parecida a la que puede surgir del Arco Atlántico. En este sentido, la creación de la Macrorregión Atlántica no se trata de una iniciativa inédita, sino de seguir el camino de territorios que ya tienen interlocución directa con Bruselas. Por otro lado, es de justicia reconocer que este proyecto es fruto de un estudio exhaustivo y muy riguroso del Instituto Vasco de Competitividad, dependiente de la Universidad de Deusto.

El denominado Arco Atlántico representa una opción económica y estratégica en el actual desarrollo de la Unión Europea, estando formado por Galicia, Asturies, Castilla y León, Portugal Norte, Cantabria, País Vasco, Navarra y Aquitania (Francia). Es un área periférica que representa el 4,25 % de la población europea y que cada año que pasa pierde peso en todos los sentidos y valoraciones. Tiene una escasa natalidad, gran envejecimiento, baja competitividad, un PIB por debajo de la media de la Unión Europea, renta industrial también muy inferior y una industria manufacturera con escaso nivel tecnológico. Pero tiene como positivo un medio ambiente mucho menos deteriorado, una oferta universitaria adecuada y una buena estructura de sanidad pública; también en positivo, cuenta con una base industrial interesante. Hay alguna zona que está por debajo, pero en general el peso de la industria del Arco Atlántico está en línea con la Unión Europea; más o menos el 20%. La mala noticia es que el tipo de industria no es de media/alta tecnología, por lo que es necesario avanzar hacia actividades de mayor valor añadido (por ej. el mundo del hidrógeno o el vehículo eléctrico). La transición digital es claramente otra oportunidad y tenemos que tener servicios para atender ese reto. Además, hay otro hueco: nos hemos dado cuenta de que tener toda la cadena de valor fuera es un problema, no éramos capaces de hacer mascarillas en plena pandemia y es una dinámica que afecta a otros sectores y que hay que repensar. Habría que implementar políticas destinadas a favorecer la relocalización de esas actividades que mandamos fuera. Tendríamos que hacer industria 4.0, muy automatizada, para que el coste laboral respecto a los países asiáticos no frene la competitividad. En Asturies tenemos capacidades industriales y podemos intentar relocalizar parte de la cadena de valor.

No todo lo referente al Arco Atlántico se debe reducir al aspecto económico, las cuestiones culturales y referenciales son muy importantes. Se trata de una "comunidad" con lazos históricos profundos, es el espacio natural, geográfico y cultural al que pertenece Asturies. Hay que apostar firme y decididamente por nuestra identidad y por lo que esta puede aportar al desarrollo económico (turismo sostenible, internacionalización, industria cultural y creativa, marca de país, etc.). En este sentido, sería muy interesante favorecer todo tipo de intercambios y relaciones (culturales, artísticas, musicales...). Desgraciadamente, en este momento, Xixón, la ciudad llamada a ser el centro neurálgico de Asturies en este proyecto, está condicionado por la reacción más antieuropeísta, que suprime derechos individuales y sociales, persigue a la lengua asturiana, incumple voluntariamente la Agenda 20-30, revierte la peatonalización, retoma la tortura de animales... No hay que olvidar que la Unión Europea, entre los criterios de financiación, también tiene en cuenta este tipo de valores y cada vez con más peso.

Por otro lado, es necesaria la reforma del Estatuto de Autonomía para actualizarlo y asumir competencias como las ferroviarias con una adecuada financiación, imprescindibles para la mejor realización de este proyecto de nueva macrorregión europea. Al tiempo que consideramos fundamental la plena participación en la gobernanza de la futura macrorregión para influir en la agenda europea. Debemos hacernos valer y lograr centralidad porque ganamos más con Europa y Europa gana más con una mayor participación de nuestras comunidades. Compartimos con Jean Monnet su idea de Europa: "No estamos formando coaliciones entre Estados, sino una unión entre pueblos". Por todo ello, damos la bienvenida al proyecto de la Macrorregión Atlántica, aunque sin bajar la guardia para no caer en una excesiva burocratización, convirtiéndola en un instrumento que vaya más allá de lo puramente económico, favorecedora de verdaderas sinergias entre territorios y poniendo siempre a la ciudadanía en el centro de sus políticas.

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