Opinión | In memóriam

estrella hormazábal

Siempre al servicio de los demás

José María Santos Arconada, un gran profesional y jurista, pero sobre todo, un gran compañero

Desde el domingo día 25 de febrero de 2024, el mundo judicial y jurídico en Asturias está de luto, pero en especial lo está el Cuerpo de Letrados de la Administración de Justicia y el motivo es porque nos ha dejado don José María Santos Arconada, uno de nuestros compañeros más representativos, valedores y entrañables.

Aunque se jubiló hace unos años en su puesto en la Audiencia Provincial de Asturias, nunca cesó su relación y contacto con los Letrados Judiciales. Venía a los juzgados todas las semanas a por el cupón del viernes, seguía organizando comidas y reuniones, llamaba a los compañeros para cualquier actividad relacionada con el Colegio de Letrados Judiciales y en Navidad nunca faltaba el décimo de lotería cuyo número reservaba para nosotros. Sólo en los últimos años faltó a la cita, debido a su enfermedad, y todos seguíamos echándole de menos.

Era incansable, optimista, inasequible al desaliento, amable, siempre fomentando la unión entre nosotros, que somos un Cuerpo jurídico, al que no siempre se le ha dado el prestigio y reconocimiento que se merece, como se pudo demostrar el año pasado, cuando tuvo lugar la huelga de letrados Judiciales, que duró 2 meses y el funcionamiento de los juzgados quedó prácticamente paralizado porque los letrados no hacíamos señalamientos ni dábamos fe de las actuaciones judiciales.

D. José María estaba muy orgulloso de su mujer María Pilar, de sus hijas Mapi y Covadonga y en especial de sus nietos Nicolás, Covadonga y Nacho, pero no se olvidaba de la familia laboral que a lo largo de los años fue adquiriendo.

Todos le respetaban y tenían en gran consideración: funcionarios, abogados, procuradores, jueces, fiscales, forenses y sobre todo sus compañeros los letrados de la Administración de Justicia. Para nosotros era un referente, siempre defendiendo los intereses de este Cuerpo Jurídico desde su puesto de vocal de la Junta y delegado del Colegio Nacional de Letrados de la Administración de Justicia y también como vocal electo del Consejo del Secretariado. Por su gran labor en favor de la justicia le fue reconocida la medalla de la Cruz de San Raimundo de Peñafort, distinción sobradamente merecida y que todos estuvimos encantados de celebrarlo con él.

Una gran parte de los letrados que trabajamos ahora en los juzgados de Asturias, y también otros que lo hacen por el resto del país, fuimos sus alumnos al preparar la oposición. Se preocupaba por nosotros, siempre había palabras de ánimo en los momentos más duros y nunca faltaba una respuesta o un consejo a todos los que acudíamos a su despacho con algún problema o con alguna duda ya en el ejercicio de nuestros puestos de trabajo.

Con su fallecimiento se nos ha ido un gran profesional, un gran jurista y sobre todo un gran compañero y amigo. Nos sentimos tristes y huérfanos, nos ha dejado con gran pena y sentimiento por lo mucho que le debemos.

Por ello, sólo nos queda darle las gracias a D. José María por su buen hacer en favor y beneficio del Cuerpo de Letrados de la Administración de Justicia, al que con tanto honor y entusiasmo siempre defendió, y agradecerle todo cuánto nos enseñó. Que descanses en paz, inestimable compañero después de toda una vida dedicada a ejercer de fedatario ejemplar, siempre dedicado al servicio de los demás.

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