Opinión

El valiente Rodríguez-Vigil

Un socialista con pedigrí que dice lo que muchos piensan y no se atreven

El expresidente asturiano Juan Luis Rodríguez-Vigil es valiente porque pone firma de su puño y letra a lo que muchos militantes del PSOE piensan, aunque no lo manifiesten de manera pública: que la carta de la amnistía que Pedro Sánchez juega para garantizarse una legislatura plácida exige de los socialistas unas inmensas tragaderas. Cierto que Rodríguez-Vigil es vieja guardia y que ya no tiene nada que perder. Pero tampoco nada que ganar, salvo el resguardo de la propia dignidad y de unas siglas centenarias. Respetable resulta, aunque en algunos casos incomprensible, el silencio de los corderos que se ha instaurado en el viejo PSOE. El apelativo al miedo al advenimiento de la «derechona» se antoja emocional pero poco convincente. Al contrario: decisiones como la amnistía a la carta alientan, a la defensiva, al extremismo.

Por otra parte, resulta conmovedor el discurso buenista de la llamada al entendimiento y la concordia al que apela la izquierda favorable a la medida de gracia en beneficio del independentismo más recalcitrante, pero no cuela. En primer lugar, caben serias dudas de si sería constitucional tal norma de la forma en que se plantea. Cualquier ley de amnistía debe ser conforme a la Constitución, de manera que si se recurre, lo que sin duda ocurrirá, corresponderá al Tribunal Constitucional determinar si existe avenencia o no con la Carta Magna. La mayoría de los juristas reconoce que el texto no pasaría el test, por ser contrario a los principios de igualdad ante la ley e interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos. Tendría pésimo encaje legal justificar la cancelación retroactiva de las responsabilidades penales de delitos vinculados al procés y no hacer lo mismo respecto a otros delitos de desobediencia, desórdenes o malversaciones de caudales públicos. ¿Por qué unos sí y otros no? Es la ley del reino de Jauja.

¿Cómo va a mejorar la convivencia y procurar la paz social una ley que beneficia a quienes se manifiestan dispuestos a reiterar las conductas delictivas de las que ahora quedan exentos? Más crispación es lo que van a conseguir, más fractura.

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