Opinión

Alfonso García Viejo

Gracias al Sespa

Una mirada al tesoro que significa la sanidad pública en vísperas de la jubilación como médico

"Uno se acaba convirtiendo en aquello a lo que le presta atención".

Epícteto

Hoy es un buen día para dar las gracias. Cumplir 65 puede ser un buen momento, después de llevar trabajando tantos años para el Servicio de Salud (Sespa). Me ha pagado religiosamente cada día 30; ha colaborado de manera importante para alcanzar mis capacidades científico-técnicas; me ha proporcionado pacientes para llevar a cabo mi actividad médica y la actividad más reconfortante que existe –que es ayudar–; ha atendido a toda mi familia y a mí mismo siempre que me he puesto enfermo; mis hijas y nietos nacieron en el hospital; me ha seguido pagando las veces que no he podido trabajar por enfermedad; me ha proporcionado material y aparataje para llevar a cabo mi trabajo.

Pero ¿quién es el Sespa? Cuando digo Servicio Público de Salud, ¿a quién me refiero? Pues a los médicos tutores que colaboraron con generosidad a mi formación de residente, muchos de los cuales se han convertido en amigos; a los compañeros de trabajo en los distintos centros en los que he trabajado; a los directivos, que con su esfuerzo han intentado mejorar las cosas; a los administrativos, que muchas veces están en primera línea y son la cara del sistema; a los enfermeros, que cada día intentan hacer su trabajo lo mejor posible; a los celadores, que muchas veces pasan inadvertidos y tienen gran importancia; a los fisioterapeutas, los informáticos, los auxiliares, los técnicos de las ambulancias que me han llevado en las guardias de UVI y en los avisos urgentes... Y, de manera muy especial, a todos los pacientes a los que he atendido de una manera u otra y que me han ayudado con su paciencia, con su esperanza, con su confianza.

Hay muchas personas que son Sespa. Y algunas lo son aunque propiamente no sean Sespa. En fin, decir Sespa es decir más de 20.000 empleados que atienden la salud de los asturianos o de los que pasan por nuestra comunidad y precisan atención. La generosidad sigue siendo una de las claves principales de nuestro Servicio de Salud. Entre todos conseguimos que nuestro sistema de salud sea una de nuestras principales riquezas.

Proporcionamos, entre otras cosas, miles de atenciones diarias en las distintas consultas, en los quirófanos... Propiciamos que cuando una persona se cae en la calle o hay un accidente, y hace falta una UVI, por ejemplo, se desplace un equipo en pocos minutos, y si es preciso acudir al hospital, o un ingreso en planta o en UVI, un día o una semana o un mes, no le cueste un duro de manera directa al paciente. E incluso que, si precisa la baja laboral, siga cobrando mientras está ingresado.

¿Cuánto cuesta todo esto? ¿Cuánto vale que seamos atendidos por los distintos estamentos, desde pedir cita en un centro de salud hasta la cirugía más compleja o el tratamiento quimioterápico más caro o el tratamiento biológico más adecuado?

Hace poco, se inscribió en mi cupo médico de La Calzada (Gijón) un paciente que venía de Norteamérica porque se había jubilado y no podía soportar los gastos sanitarios derivados de sus enfermedades. "No saben ustedes lo que vale la sanidad que tienen aquí", repitió varias veces.

Pongámosle precio: ¿Mil euros al mes? ¿Dos mil euros al mes? ¿Tres mil euros al mes? Asturias, con algo más de 2.300 euros de gasto sanitario anual por ciudadano, es la segunda comunidad en este epígrafe, detrás del País Vasco. Hay mucho que mejorar. No todo son luces. Hay mucho camino que recorrer y siguen produciéndose inequidades e injusticias, sin duda. Unos arriman mucho más que otros el hombro. Hay profesionales que exponen mucho más. Muchos compañeros se dejan la piel en el campo cada día y unos son más necesarios que otros. Pero, como conjunto, el Sespa lo conformamos muchas personas, y el alma de la empresa somos los trabajadores que cada día intentamos hacer nuestro trabajo lo mejor posible. Muchas veces a pesar de la Administración, pero muchas veces gracias a ella.

Pocas cosas valen tanto como saber que tus necesidades de salud están garantizadas, y que si te pones malo puedes ir a un centro sanitario sin dinero y sin tarjeta de crédito, sabiendo además que vas a encontrar buenos profesionales en todos los campos.

Lo dicho: gracias al Sespa, con todo lo que ello supone y por todo lo que me ha dado. Muchas gracias a todos vosotros. Un fuerte abrazo.

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