Opinión

Distintas formas de ser patriota

El patriotismo según Pedro Sánchez y la tradición secular de la izquierda

Dice Pedro Sánchez que no hay nada más antipatriota que defraudar a Hacienda, haciendo uso de un silogismo tramposo que identifica, sin citarlo explícitamente, a la patria con la derecha y a la derecha con los que no cumplen a rajatabla sus obligaciones con el fisco. He ahí el fiasco: se contabilizan también reconocidos defraudadores de izquierdas y también patriotas de esa ideología que no comulgan con las ruedas de molino del sanchismo en su afán de perpetuarse en el poder a costa de cualquier concesión, incluso aquellas que ponen en peligro la integridad territorial y el Estado de derecho.

Decía un viejo socialista que la derecha quiere mucho a España pero que la quiere solo para ella, en la vieja idea de que los portadores genéticos de esa ideología, cuando toman el mando, gobiernan el país como si fuera un cortijo. La vieja estampa del señorito, dueño de haciendas y rentas, pendenciero y matón. Sánchez va más allá y añade que la para la derecha la patria acaba en sus bolsillos. O sea, que el patriotismo de origen conservador es de raíz económica, además de clasista y excluyente.

Habría que determinar qué significa ser patriota para Pedro Sánchez y sus secuaces. Tal vez encamarse con secesionistas, ofrecerlos una escandaloso amnistía a la carta y perdonarles tropelías delictivas y hasta el delito de malversación. Para esta gandaya, el patriotismo es dar aliento a los que odian a España.

Por otra parte, cumplir con Hacienda no nos hace más patriotas. La mayoría no tenemos ni siquiera la opción de dársela con queso a los inspectores fiscales. A los que dependemos única y exclusivamente de una nómina no nos queda otra que acoquinar y no por ese motivo somos mejores españoles. Por otra parte, con impuestos distintos en distintas comunidades reconozcamos que es más fácil ser patriota en unas regiones que en otras.

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