Opinión

Eficacia y consenso sobre la demografía

Los desafíos de la nueva ley asturiana contra el despoblamiento

Con toda seguridad el problema demográfico, centrado especialmente en el envejecimiento y el despoblamiento de muchas zonas, es el principal reto al que actualmente se enfrenta Asturias. El debate que nos permita definir un modelo de región con futuro se centra en concretar determinadas políticas que faciliten la sostenibilidad social, económica y medioambiental del territorio, pero orientadas siempre hacia la ciudadanía. Dentro de ese triángulo demográfico (vivienda, empleo y servicios), de obligatorio cumplimiento íntegro, caben la mayoría de los retos de la Asturias del futuro.

Tras haber comparecido en la comisión parlamentaria dedicada a debatir la futura ley de Impulso Demográfico, defendiendo el texto presentado como parte implicada que fui en su redacción, me quedé con una sensación que navega entre el escepticismo y la esperanza. Traté de documentarme sobre el posicionamiento inicial de cada una de las fuerzas políticas y sus valoraciones previas del texto. Es muy importante tener una perspectiva global y aséptica del tema, jamás parcial ni condicionada, dada su capital importancia.

No lograr el apoyo a la ley de Impulso Demográfico de la mayoría, por no decir unánime, de las fuerzas políticas con representación en la Junta sería un gran fracaso para todos y especialmente para la sociedad asturiana a la que representan. Así lo manifestó claramente Luis Miguel Rebustiello, periodista y exgerente de la Red Asturiana de Desarrollo Rural durante su intervención en la comisión y no puedo estar más de acuerdo.

Una región que no es capaz de ponerse de acuerdo en un tema como éste tendrá un futuro muy incierto; estamos hablando de la base de todos los problemas, ya que sin gente no hay futuro ni vida. Sería una buena oportunidad para reforzar la imagen de los partidos políticos, por encima de intereses internos y con un sentido de región que no dejase ninguna duda a nadie.

Comprendo el escepticismo que puede generar la ley, ya que es un texto ambicioso y parcialmente complejo, al que acusan algunas fuerzas políticas de falta de precisión y ambigüedad. Se plantea como una ley moderna, muy condicionada al desarrollo posterior de un reglamento, que le dé un verdadero carácter ejecutivo a las medidas que se pretenden poner en marcha. Asturias dispone de bastantes leyes muy reglamentistas, poco operativas, que condicionan su funcionalidad.

La ley 6/2002 sobre protección de los ecosistemas acuáticos y de regulación de la pesca en aguas continentales es un perfecto ejemplo, sin reglamento aún y con un exhaustivo desarrollo de su articulado. La 45/2007 para el desarrollo sostenible del medio rural, de carácter estatal, es otro ejemplo claro de lo que no debe hacerse, ya que al no contar con reglamento ha caído en el olvido y probablemente, tras una adaptación a la coyuntura actual, hubiese sido muy ejecutiva.

Me gustaría que todas las partes negociasen, acordasen y cediesen para que se aprobase una ley justa, viable y necesaria para el futuro, y el presente, de Asturias. Y a la mayor brevedad legal posible que se aprobara el reglamento que la desarrolle. Pensando siempre en clave territorial y no exclusivamente política, con ambición y valentía, cargados del sentido común y el pragmatismo que imprimen los recursos y las competencias que estén de nuestra mano.

Espero que sigamos el paso de Castilla-La Mancha o Extremadura, donde la mayoría de los partidos políticos negociaron leyes similares a la asturiana hasta lograr el apoyo mayoritario, demostrando que el interés general está por encima de todo, y evitemos errores como el acontecido en Galicia, sin tanto apoyo. Estamos ante una buena oportunidad para calibrar la capacidad de diálogo, acuerdo y negociación de los representantes de la sociedad asturiana.

Sin duda, es un momento clave, estamos a tiempo para todo, por eso es importante sentarse las horas que hagan falta para cerrar un acuerdo mayoritario, demostrando a los asturianos que sus representantes políticos son conscientes de la importancia que tiene para nuestra región la futura ley de Impulso Demográfico. Cualquier otra cosa necesitaría demasiadas explicaciones difíciles de entender.

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