Opinión

Pura cuestión de dignidad

Sobre algunos asuntos –no muchos– es mejor pronunciarse en tiempo real, no tanto por razones éticas (lábil categoría) sino por pura conveniencia, para no tener que culparnos de haber callado –y preguntarnos por qué– cuando con el tiempo lo sucedido se nos presente en su atroz realidad. Eso pienso acerca de la ofensiva de Israel en Gaza, una práctica de guerra en la que el desprecio hacia la población civil produce espanto. No creo que sea ya el momento de invocar razones de derecho: en este conflicto hace ya mucho que el derecho, ignorado de forma repetida, ha quedado atrás. Tampoco valores de humanidad, sin credibilidad argumental tras haber quedado hechos jirones. Hablemos nada más de dignidad: no será fácil que en el futuro Europa y los europeos nos sintamos dignos, como custodios de unos principios, si nuestra posición ante el conflicto ha sido mirar para otro lado y disimular.

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