Opinión

Lo de Nuberu tiene arreglo

El regreso de un dúo musical mitológico

El dúo "Nuberu".

El dúo "Nuberu". / LNE

Como los toreros que después de cortarse la coleta regresan a los ruedos de grana y oro, retorna a la arena musical el dúo Nuberu, una de las referencias primordiales de la escena asturiana del último medio siglo. Más viejos, pero más sabios, aún a sabiendas que su mundo ya no es de este reino o Principado, Chus Pedro y Manolo Peñayos vuelven a testar la meteorología regional, que es calma chicha donde debiera galerna.

Chus Pedro, de voz de granizo, como corresponde a la nominación mitológica del señor del trueno y la tempestad, y Manolo, el acompañamiento musical con cuerda para rato, alcanzaron fama desde mediados de los años setenta del pasado siglo por vender canciones en una lengua que no existía. O que los políticos de entonces decían que no existía, error en el que persisten a día de hoy portavoces de la cosa pública de distinto talante y signo. Tan es así, que esta pareja de hecho por derecho propio hizo más por la normalización del asturiano que algunos recientes alquimistas de la lengua filosofal.

 En la memoria de varias generaciones de asturianos queda, para la eternidad de lo efímero de un compás musical, una veintena de canciones que rellenan la mochila del equipaje popular de esta región ciclotímica. Ocurre que, aún hoy, gente de Asturias y asimilados seguimos escuchando, con un temblor íntimo que azuza la sangre como savia de viejo castaño, los acordes de «Delina», un canto a la madre que es madre y es tierra. O esos aguardentosos himnos mineros en los que el relámpago es látigo y la voz, trueno, tal que “La carbonera”, “Se arreglará” o “Dame tira”.

Fueron medalla de oro de San Martín del Rey Aurelio; de plata de Asturias; “Asturianos del mes” de LA NUEVA ESPAÑA y ahora de nuevo les pates de la tayuela regional, además de, innegablemente, profetas en su lengua. Muchos dudaban de que lo de Nuberu tuviera en el siglo XXI arreglo. Pero como tiene arreglo, se arreglará. Y ya hay fechas.

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