Opinión

CC OO se consolida como primer sindicato

La necesidad de organizaciones fuertes para defender los derechos de los trabajadores

Tras el último periodo álgido de elecciones sindicales, Comisiones Obreras sigue siendo el primer sindicato de Asturias. No solo consolidamos nuestro liderazgo, sino que aumentamos la diferencia con el resto.

Hoy más de 2.000 delegadas y delegados de CC OO defienden los derechos laborales, luchan para conseguir subidas salariales, combaten los abusos y buscan soluciones a los problemas diarios en cientos de centros de trabajo de toda Asturias. Somos un sindicato pegado al tajo, sabemos que no hay conflicto pequeño y que los avances no caen del cielo, sino que se conquistan con organización y movilización. Además, tenemos muy claro que la confianza se gana todos los días, demostrando honestidad y ejemplaridad, solvencia y rigor.

Nuestro liderazgo es especialmente robusto en la industria, construcción, servicios, sanidad o educación. Lo es en Gijón, Avilés, Siero u Occidente. Es de agradecer que una de cada tres personas con derecho al voto haya confiado en las candidaturas de CC OO. Es especialmente importante que más del 40% de nuestra representación sean mujeres y aproximadamente 400 delegados y delegadas son menores de cuarenta años.

Dicho todo esto sabemos que no es suficiente, que debemos seguir trabajando para dar respuesta a las necesidades de muchos colectivos; que tenemos que ser más útiles para la juventud que sufre el paro o la precariedad vital, rotando continuamente de empresa; que debemos conseguir que el trabajo no nos cueste la salud o que la igualdad no se quede a las puertas de la empresa.

Somos conscientes de que ser el primer sindicato de Asturias es una enorme responsabilidad, y eso nos obliga a trabajar más duro, ser más exigentes, esforzarnos más aún para resolver problemas y denunciar abusos, para ser más útiles.

Vivimos tiempos especialmente complejos, en los que la extrema derecha resurge peligrosamente para recortar libertades, desmantelar derechos y cuestionar la democracia. Su programa se resume fácilmente: todo el poder para los grandes empresarios, recortar derechos laborales e implantar el despido libre y barato, negar todas las libertades y derechos a las mujeres (porque su modelo es el de la Edad Media), criminalizar a los sindicatos y otras organizaciones para que no puedan ofrecer resistencia y defender la democracia…

A esto debemos añadir el aumento de la desigualdad, uno de los grandes peligros para nuestra democracia. Las diferencias se han vuelto abismos. Un reducido club de milmillonarios concentra un enorme poder y pretende romper las reglas de juego: mientras se reparten sueldos de órdago y bonus millonarios rechazan pagar impuestos y buscan imponer la ley de la selva. Su hoja de ruta es simple: blindar el paraíso para los privilegiados a cambio de condenar al infierno a la mayoría.

Precisamente por esto es tan importante afiliarse, participar, organizarse. Tenemos que prepararnos para defender los derechos, los que hemos conseguido en estos años y los que conquistaron nuestras madres y padres, nuestros abuelos y abuelas. Nada ocurre por casualidad, la extrema derecha cuenta con la generosidad de los millonarios, que donan dinero a espuertas para aprovechar el malestar de la gente corriente y convertirlo en gasolina electoral para conseguir votos y cebar a Abascal, Meloni, Orbán, Trump o Milei.

Ellos tienen un mismo programa: privatizar la sanidad pública (porque los ricos ya se pagan su sanidad privada y ven el gasto en sanidad pública como un derroche), cargarse la educación pública (porque así las elites se perpetuarán, generación tras generación, y destrozarán la igualdad de oportunidades porque se impondrán la cuna y los apellidos), acabar con las pensiones (porque es un gasto superfluo y cada uno tiene que buscarse la vida).

Impedirlo está en nuestras manos, pero para conseguirlo tenemos que tomar decisiones. Afiliarse es una de ellas. Solo con sindicatos más fuertes podremos defender mejor nuestros derechos, podremos conseguir sueldos más justos, podremos combatir los accidentes laborales y exigir más seguridad, podremos avanzar en igualdad y conseguir que la conciliación o la corresponsabilidad no sean quimeras. Las puertas de CC OO están abiertas para quien no quiera ser indiferente y luchar por lo que es justo. ¿Te animas?

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