Llanes, Ramón DÍAZ

El tramo Unquera-Pendueles de la Autovía del Cantábrico permanece paralizado desde hace varias semanas debido a las discrepancias sobre un modificado de obra que mantienen la Demarcación de Carreteras y las empresas. El desencuentro se centra en el montante económico del modificado o, lo que es lo mismo, en la inyección económica que debe aportar Fomento para reactivar las obras.

Las dos partes en liza no se ponen de acuerdo: las empresas adjudicatarias reclaman mucho más dinero del que la Demarcación de Carreteras en Asturias está dispuesta a aportar. El departamento estatal elabora durante estos días una propuesta, que deberá ser examinada por el Ministerio de Fomento. Una vez que este organismo dé «luz verde» al modificado serán las empresas adjudicatarias las que tengan la última palabra: si aceptan la propuesta, la obra se reanudará; en caso contrario, el conflicto podría enquistarse y retrasar la autovía durante meses. El peor de los escenarios posibles, descartado por las fuentes de la Administración central consultadas por este periódico, sería la rescisión del contrato, lo que obligaría a una nueva adjudicación y provocaría un retraso adicional superior a un año.

En todo caso, el modificado de obra, aunque sea finalmente consensuado por todas las partes, supondrá un nuevo retraso en la ejecución de Pendueles-Llanes, dado que su tramitación suele prolongarse durante varios meses o, incluso, un año. Durante ese período de tiempo, las empresas adjudicatarias no pueden trabajar en las zonas afectadas por el modificado de obra. En este caso, el asunto resulta especialmente delicado, ya que el modificado de obra afecta a la mayor parte del tramo.

El modificado de obra se ha hecho algo más que corriente en los últimos años en las obras públicas asturianas, sobre todo en lo que se refiere a las carreteras, como sucedió en la autovía de Grado.

El tramo Unquera-Pendueles debe ser ejecutado en un plazo máximo de 33 meses y medio. Dado que el replanteo de la obra se firmó a mediados de junio de 2008, el tramo debe estar listo a finales de marzo de 2011. Este tramo, de 11,8 kilómetros de longitud, costará 106,8 millones, lo que lo convierte en uno de los más caros por kilómetro de cuantos se ejecutan en España.

El tramo Pendueles-Llanes, de 10,7 kilómetros de longitud, costará mucho menos, 58,6 millones, pero tardará más en ejecutarse, 36 meses, lo que hace que deba estar listo en junio de 2011.

Los plazos de ejecución serán sensiblemente más cortos que los 40 y los 44 meses que el Ministerio de Fomento planteó en la licitación del proyecto. En cualquier caso serán bastante más largos que los que señala el denominado «plan ideal de obra», incluido en el estudio informativo. Según este «plan ideal», tanto Unquera-Pendueles como Pendueles-Llanes podrían ejecutarse en 24 meses, más otros dos para trabajos complementarios, en el entorno de la autovía. Claro que para cumplir ese «plan ideal» se harían necesarias inversiones muy altas desde los primeros meses de la obra (sólo en los tres primeros meses de trabajo se deberían inyectar 8,29 millones) y Fomento ha dejado el grueso de la inversión para los últimos meses.

El dinero reservado en los Presupuestos Generales del Estado para 2009 apenas da para ejecutar los dos primeros meses de trabajos previstos en el «plan ideal de la obra», incluido en el proyecto de construcción de la autovía, al que ha tenido acceso este periódico. El Gobierno central ha consignado este año una partida de 9,7 millones para los dos tramos de la autovía en la comarca oriental asturiana. En 2010 la aportación económica sumará 31,5 millones, mientras que el grueso de la inversión, 142,2 millones, ha quedado para 2011. Los modificados pueden variar notablemente tanto la inversión final como el calendario de obras.