Celoriu (Llanes), R. D.

La Asociación de Vecinos de Celoriu «La Hoguera» acordó en su última asamblea, por unanimidad, iniciar los trámites para solicitar que la localidad sea declarada parroquia rural. Los integrantes del colectivo fundamentan su petición en la necesidad de atender los problemas y necesidades del pueblo, generados «por la falta de atención municipal tradicional, habitual y permanente». Asimismo, la declaración de Celoriu como parroquia rural permitiría «no depender tanto de los caprichos de nadie».

Los vecinos de Celoriu aseguran que sus peticiones a las autoridades municipales siempre caen en saco roto. Por ejemplo, «las reiteradas y recientes negativas de la alcaldesa de Llanes (la socialista Dolores Álvarez Campillo) a realizar concejos públicos en Celoriu, o la carta remitida esta semana y firmada por ella misma a esta asociación en la que rechaza de manera sutil, por enésima vez, nuestra petición y deseo de reunirnos con cualquier miembro de su equipo de gobierno para hablar de los problemas de Celoriu, indicándonos sorprendentemente que para transmitir problemas hablásemos con el alcalde de barrio, negándonos derechos e intentando silenciarnos, en contra de toda lógica de educación y respeto democrático».

La asociación cita entre los problemas «básicos y notorios» de la localidad la «falta de limpieza de caminos, viales, la escuela, la deficiente recogida de basura, los baches, los caminos tomados por la maleza que hace imposible su uso, la limpieza del pueblu y la desatención en general». Para solventar estos problemas «La Hoguera» ha acordado, también por unanimidad, la creación de grupos de trabajo con voluntarios, al estilo de las antiguas sextaferias. «Si los responsables del Ayuntamiento de Llanes se niegan a atendernos, como han hecho hasta ahora, ya sea porque no quieren, por falta de medios o porque son incapaces, tendremos que atendernos nosotros mismos», señalan los dirigentes del colectivo celoriano.

Asimismo, «La Hoguera» acordó crear unas «juntas de trabajo» el estilo de las «xuntas de fegresía» portuguesas, a las que su ayuntamiento asignan una partida presupuestaria anual para las gestiones, atendiendo y ocupándose de las necesidades y de los problemas básico (a los que desde el Ayuntamiento no se quiere o no se puede atender). Estas juntas otorgarían cierta autonomía a los vecinos, «conocedores y sufridores únicos, directos y permanentes de esos problemas que los responsables del Ayuntamiento de Llanes suelen negar o ignorar», según «La Hoguera».