Bustio (Ribadedeva),

Rebeca AJA

La Cofradía de Pescadores de Bustio ingresó el pasado año 432.778 euros por la venta de 58.425 kilos de pescado. «Dentro de lo problemático que fue 2010, con una serie de especies prohibidas y otras limitadas, en Bustio no podemos quejarnos porque sobrevivimos pero con muchas mermas, menos beneficios y el gasoil por las nubes», señaló el patrón mayor de la cofradía ribadedense, Felipe Peñil. El año pasado la flota pesquera local descargó más, 64.510 kilos, pero ingresó menos, 416.594,32 euros, así que la estadística del ejercicio 2010 continúa sin remontar la crítica situación que atraviesa el sector. Claro que el asunto es mucho peor si se comparan los resultados con los de 2008: desde entonces las capturas y los ingresos han caído cerca de un 20 por ciento.

Las restricciones aplicadas al pixín (rape) y la merluza, principales sustentos de los pescadores de la zona, han abocado a la flota ribadedense a la desesperación. El cierre del caladero de El Cachucho está detrás de la principal merma en el puerto de Bustio. Solo en 2009, la Cofradía de Pescadores calculó que los ingresos cayeron hasta un 60 por ciento desde que, el 2 de enero de ese año, se ordenara la protección de esa zona marina, una gran montaña submarina situada a unas 36 millas marinas de la costa, a la altura de Ribadesella, en la que se ha encontrado una extraordinaria biodiversidad. «El Cachucho va para tres años cerrado, dijeron que a partir del tercero dejarían pescar tres meses: abril, mayo y junio, pero esto parece que no se va a cumplir», comentó Peñil. Tres barcos de la flota local faenaban habitualmente en El Cachucho, fundamentalmente buscando pixín, la especie «estrella» de esta lonja y la que más ventas e ingresos genera a lo largo del año. En 2010, la lonja de Bustio subastó 23.771 kilos de rape que generaron una recaudación de 161.195 euros.

El cierre de El Cachucho resiente las capturas de pixín y las limitaciones europeas de merluza. «En 2010 se limitó el cupo de merluza que se terminó en junio, esto supone que hubo que estar seis meses sin pescar merluza o hacerlo limitadamente, pero con pérdidas», indicó Peñil. El patrón mayor de la Cofradía de Bustio lamenta algo más: «A todo esto hay que añadir otras especies prohibidas como la xarda o la locha, ¿a qué va a ir la flota? ¿Qué tienen pensado para nosotros?, cuestionó.

La situación no parece mejorar en 2011: «Se estará con las mismas restricciones y no se presenta ninguna alternativa a la flota», indicó Peñil. Aunque en Bustio admiten que se han negociado y buscado fórmulas que palíen los recortes «ninguna se ha aplicado», aseveró Peñil para, a renglón seguido, ironizar con los 200.000 euros de premio concedidos al Instituto Oceanográfico de Santander por un minuciosos estudio sobre las aguas de El Cachucho.

En Bustio reprochan que la Administración se dedica a cerrar caladeros sin dar alternativas y que sea la flota artesanal la peor parada. «Cuando se constituyó el parque nacional de los Picos de Europa se crearon subvenciones para compensar a los afectados por las restricciones de un espacio protegido», citó el patrón ribadedense, trasladando ese ejemplo a las aguas marinas de El Cachucho.

Peñil aseguró que las cuotas de merluza están «mal repartidas, mucho para el arrastre y poco para los casi cinco mil barcos de la flota de bajura del Cantábrico, las diferencias son tremendas», concluyó.